Al frente de un escenario colmado de gobernadores, que iban desde Alicia Kirchner y Axel Kicillof hasta el anfitrión Juan Manzur y el formoseño Gildo Insfrán, dirigentes de la CGT y la CTA, los movimientos sociales y el líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, Massa llamó a la militancia a “dar vuelta la historia” y “construir un triunfo el 22 de octubre”.
La ajustada organización del acto le permitió al poderoso peronismo tucumano recuperar la autoestima, luego de la humillante caída ante Milei en las primarias. Exultante y entre abrazos, el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, le preguntó al final: “si ganamos, ¿dónde festejamos la Navidad?”.
La cumbre peronista en Tucumán también sirvió para reestructurar el comando de campaña. Massa decidió sumar a Juan Manuel Olmos y su esposa, Malena Galmarini al comando que hasta ahora lideraba Wado de Pedro, cuestionado internamente por la supuesta falta de dedicación a su estratégico rol. El puntano Alberto Rodríguez Saá incluso reclamó concentrar las decisiones en Massa y terminar con “el doble comando”.
Para los nuevos responsables del comando de campaña, el raid de Massa en Tucumán funcionó como una demostración del músculo político y el encuadramiento de los gobernadores peronistas del Norte Grande, los jefes sindicales y los intendentes. Ya en la cena que habían compartido la noche anterior al acto, los gobernadores habían hecho autocrítica: “no lo vimos venir a Milei”.
En rigor, estos gobernadores y los intendentes del Conurbano ayudaron a Milei a armar las listas y fiscalizarlas, para sacarle votos a Juntos, pero en efecto no previeron que el libertario sacaría tantos votos. En el peronismo estiman que le sumaron cinco puntos al libertario que ahora quieren revertir.
Antes de cederle el micrófono a Massa, Manzur arengó a todas las tribus que se habían movilizado en la soleada tarde tucumana. “El peronismo ya eligió y el peronismo está unido, ahora vamos para adelante”, gritó para que estallaran bombos, trompetas y aplausos.
Luego, Massa se comprometió “a ser el presidente de los trabajadores en la Argentina”. “Voy a ser el presidente que le devuelva a nuestros trabajadores el poder de compra que han perdido en el salario, voy a ser el presidente que le devuelva a los trabajadores la dignidad de discutir y de lograr su mejor ingreso, no a partir de la receta que impone el Fondo Monetario Internacional sino de lo que decidamos en la paritaria libre en la Argentina”, aseguró ante la sonrisa complacida del líder cegetista Héctor Daer.
Asimismo, el candidato se refirió a las pymes, con cuyos representantes de las 10 delegaciones de la UIA en el norte del país había compartido un desayuno. “Cada pyme, cada comercio, cada empresa que genera trabajo en la Argentina necesita de un presidente y de un gobierno presente, necesita de reglas de juego en las que se entienda que les tenemos que garantizar la competitividad y la posibilidad de vender su trabajo al mundo”, sostuvo.
Párrafo aparte, dedicó a los jubilados, la universidad pública y gratuita y el pedido de perdón a los ciudadanos por los funcionarios que no estuvieron a la altura de las expectativas.
Antes les había pedido a los gobernadores que activen la militancia para recuperar votos.
Massa suele poner como ejemplo la elección Martín Llaryora en Córdoba Capital, que arrancó doce puntos abajo y terminó ganando. “Puede ser que no encuentren en mí al personaje simpático en TikTok que graba videos atrevidos, pero van a encontrar en mí un presidente que se rompe el alma laburando”, dijo Massa.
El equipo que acompañó a Massa quedó entusiasmado con el saldo de la movida en Tucumán y la promesa de los gobernadores de sumar un millón de votos más para el 22 de octubre.
Fuente: El Esquiú