No importa el contenido, pero sí la cantidad de palabras que emitieron las y los senadores en este ranking elaborado por el sitio Parlamentario, sobre cuánto hablaron en 2020. Los presidentes de los bloques más numerosos fueron los mejor ubicados en el ránking, mientras que hubo cuatro legisladores que no dieron ningún discurso a lo largo del año. El podio de Salta lo tienen Romero, en el 9° lugar y con 38.890 palabras; Nora Giménez, en el puesto 35°, con 14.190 palabras y en el 58°, Sergio Leavy, con 6.770 palabras.
Cabe recordar que fue un año de poca actividad 2019, por haber sido electoral, y tan fue así que durante el mismo se verificaron 313.937 palabras. Pero el anterior hubo 713.252. La mitad de 2020, nada menos. En resumen, reiteramos, nunca se contaron tantas palabras en el recinto de la Cámara alta.
Así y todo fueron varios los senadores que no brillaron precisamente por su expresividad durante las sesiones. En efecto, hubo cuatro que no pidieron nunca la palabra a lo largo del año. En rigor, solo uno no dijo nada, algo que resultó habitual durante sus mandatos como senador, pero en este caso tiene justificación: Carlos Menem, quien asistió a pocas sesiones en 2020 -de manera virtual, claro-, pero al cabo sus problemas de salud lo marginaron definitivamente. Recordemos que falleció el pasado 14 de febrero de este año.
Más allá de su caso, hubo otros senadores que tuvieron solo participación figurativa, aunque quedaron registrados en el conteo, mínimamente, con sus intervenciones para precisar el sentido de sus votos. El más callado de todos fue el santiagueño Gerardo Montenegro, que solo registró 8 palabras: “Afirmativo”; “Afirmativo, secretario”; “Afirmativo, señor secretario”, y “Afirmativo, presidente”. Convengamos también que el senador santiagueño suele ser de pocas palabras; en 2019 solo pronunció dos en todo el año, y para remontarse a un discurso hay que ir a 2018, cuando expresó 1.369 palabras.Le sigue el radical santacruceño Eduardo Costa, quien pronunció el año pasado solo 12 palabras. Y lo suyo va en línea con Montenegro: tres veces “afirmativo” a secas, y matizó con dos “afirmativo, señor secretario” y un “negativo, mi voto”. Costa es otro de los que hablan poquito, al punto tal que en 2019 había sido uno de los que no emitió ni una palabra en todo el año. En cambio el año anterior se había anotado con 2.294.
El cuarto que no pronunció ningún discurso en el Senado fue Carlos Reutemann, aunque en su caso aparece con 83 palabras. Y esa cantidad tiene que ver no solo con las veces en que debió precisar el sentido de su voto, sino también precisiones del tipo: “Afirmativo el (artículo) 12 y negativo el 11”, o aclaraciones más extensas, como esta: “Sí, presidenta. En la votación anterior, en la parte citrícola, se me había cortado Internet por hora y pico. Volvió Internet hace media hora a mi casa. Gracias”. En resumen, sus problemas de conectividad, que se extendieron a lo largo del año, contribuyeron en la extensión de sus intervenciones.
Tampoco es el senador santafesino de intervenir demasiado: en 2018 no dijo nada y en 2016 solo 76 palabras pronunció.
Los más extensos
Repetiremos aquí lo que señalamos cada vez que publicamos estas notas: los datos registrados por el Indice de Calidad Legislativa permiten determinar el papel que individualmente tiene cada legislador durante las sesiones, en una participación que excede al voto. Pero no implica un juicio de valor taxativo respecto de su papel en la banca, que está claro que no depende del largo de sus discursos. Aunque tampoco es una cuestión para no tener en cuenta.
Igual que el año anterior, cuando debutó presidiendo su bancada, el titular del bloque oficialista, José Mayans, fue el que más habló a lo largo del año: 103.489 palabras. Y detrás se ubicó otro jefe de bloque, el de Juntos por el Cambio, en este caso, Luis Naidenoff, quien se anotó con 94.083.
Lejos, pero también muy encumbrado, tenemos a otro radical, Martín Lousteau, quien sumó 61.045 palabras.
A nivel comparativo, recordemos que el año pasado el formoseño Mayans había escalado al primer lugar con 23.469, poco más del 20% de las que expresó en 2020.
En el cuarto lugar aparece quien el año pasado fue sexta: Anabel Fernández Sagasti (60.097) y bien cerquita Oscar Parrilli (59.311), otro de los que se hizo notar mucho a lo largo del año en el recinto.
Igual que la santafesina kirchnerista María de los Ángeles Sacnun, quien expresó 45.708 palabras, que incluyen la extensa lectura de las modificaciones introducidas a último momento en la reforma judicial, en agosto del año pasado.
A continuación figuran dos activos senadores también oficialistas. El presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, el cordobés Carlos Caserio (43.163) y el chubutense Juan Mario Pais (41.518).
Completan los diez primeros lugares dos opositores, jefes de bloques y por lo tanto con más tiempo para hablar, como el salteño Juan Carlos Romero (38.890) y el rionegrino Alberto Weretilneck (38.360)
En el puesto 11° tenemos a otro senador del Frente de Todos, Jorge Taiana (31.605), y a continuación la tucumana Silvia Elías de Pérez (29.362 palabras), quien es la primera de Juntos por el Cambio luego del tercero Lousteau.
En su carácter de conductora de los debates, mas no senadora -cargo que ocupó durante varios mandatos-, la vicepresidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner expresó 24.600 palabras a lo largo del año.
La titular del cuerpo no suele quedarse demasiado tiempo durante las sesiones, y la reemplaza principalmente la santiagueña presidenta provisional del Senado, Claudia Ledesma Abdala, que a esa función le debe buena parte de sus 17.987 palabras, aunque también hay que aclarar que ha dado discursos.
Otros actores presentes
El jefe de Santiago Cafiero fue dos veces al Senado para brindar los informes que manda la Constitución nacional. Sumó 20.512 palabras.
En su primera visita al Congreso para inaugurar el período de sesiones ordinarias, el presidente Alberto Fernández sumó 10.010 palabras.
La tercera que participó, sin ser senadora ni secretario parlamentario, fue la defensora de las Niñas, Niños y Adolescentes, que al jurar pronunció sus dos palabras en el recinto del Senado.
SUMA DE PALABRAS
1°) Mayans, José Miguel Ángel 103.489 palabras
2°) Petcoff Naidenoff, Luis Carlos 94.083 palabras
3°) Lousteau, Martín 61.045 palabras
4°) Fernández Sagasti, Anabel 60.097 palabras
5°) Parrilli, Oscar Isidro 59.311 palabras
6°) Sacnun, María de los Ángeles 45.708 palabras
7°) Caserio, Carlos Alberto 43.163 palabras
8°) Pais, Juan Mario 41.518 palabras
9°) Romero, Juan Carlos 38.890 palabras
10°) Weretilneck, Alberto Edgardo 38.360 palabras
11°) Taiana, Jorge Enrique 31.605 palabras
12°) Elías de Pérez, Silvia 29.362 palabras
13°) Bullrich, Esteban José 28.947 palabras
14°) Rodríguez Machado, Laura 28.600 palabras
15°) Closs, Maurice Fabián 26.809 palabras
16°) Mera, Enrique Dalmacio 25.085 palabras
17°) Luenzo, Alfredo Héctor 24.829 palabras
18°) Vega, María Clara del Valle 24.416 palabras
19°) Lovera, Daniel Aníbal 23.756 palabras
20°) Almirón, Ana Claudia 20.297 palabras
21°) González, Gladys Esther 20.245 palabras
22°) Cobos, Julio César Cleto 19.867 palabras
23°) Durango, Norma Haydeé 19.539 palabras
24°) Recalde, Mariano 18.701 palabras
25°) Ledesma Abdala, Claudia 17.987 palabras
26°) Giacoppo, Silvia del Rosario 16.920 palabras
27°) Fiad, Mario Raymundo 16.802 palabras
28°) Martínez, Ernesto Félix 16.798 palabras
29°) Doñate, Claudio Martín 16.340 palabras
30°) Martínez, Julio César 16.241 palabras
31°) Zimmermann, Víctor 16.235 palabras
32°) Tapia, María Belén 15.779 palabras
33°) Rodríguez Saá, Adolfo 15.746 palabras
34°) Mirkin, Beatriz Graciela 14.601 palabras
35°) Giménez, Nora del Valle 14.190 palabras
36°) Poggi, Claudio Javier 12.984 palabras
37°) Duré, María Eugenia 12.203 palabras
38°) Rodas, Antonio José 11.907 palabras
39°) Schiavoni, Humberto 11.813 palabras
40°) Neder, José Emilio 11.686 palabras
41°) Tagliaferri, Guadalupe 11.518 palabras
42°) González, Nancy Susana 11.069 palabras
43°) Pilatti Vergara, María Inés 11.027 palabras
44°) Braillard Poccard, Néstor 10.986 palabras
45°) García Larraburu, Silvina 10.494 palabras
46°) Ianni, Ana María 10.488 palabras
47°) Catalfamo, María Eugenia 10.399 palabras
48°) Blanco, Pablo Daniel 10.185 palabras
49°) López Valverde, Cristina 9.929 palabras
Marino, Juan Carlos 9.929 palabras
51°) Sapag, Silvia 9.857 palabras
52°) Mirabella, Roberto 9.810 palabras
53°) Rodríguez, Matías David 9.184 palabras
54°) Castillo, Oscar Aníbal 7.855 palabras
55°) Crexell, Carmen Lucila 7.669 palabras
56°) De Angeli, Alfredo Luis 7.283 palabras
57°) Snopek, Guillermo Eugenio 7.114 palabras
58°) Leavy, Sergio Napoleón 6.770 palabras
59°) González, María Teresa 5.860 palabras
60°) Basualdo, Roberto Gustavo 4.928 palabras
61°) Kueider, Edgardo Darío 4.738 palabras
62°) Verasay, Pamela Fernanda 4.699 palabras
63°) Blas, Inés Imelda 4.490 palabras
64°) Olalla, Stella Maris 3.260 palabras
65°) Uñac, José Rubén 2.667 palabras
66°) Solari Quintana, Magdalena 1.786 palabras
67°) Espínola, Carlos Mauricio 574 palabras
68°) Reutemann, Carlos Alberto 83 palabras
69°) Costa, Eduardo Raúl 12 palabras
70°) Montenegro, Gerardo 8 palabras
71°) Menem, Carlos Saúl –
Otros protagonistas
Cristina Fernández de Kirchner 24.600
Fernández, Alberto 10.010
Santiago Cafiero 20.512
Marisa Graham 2
Apostillas de los debates
CULPA DE PARRILLI. Durante la primera sesión del año, el 5 de febrero de 2020, el senador Oscar Parrilli se había extendido demasiado. Más de lo acordado y obviamente con duras críticas a la gestión anterior. Por eso pidió la palabra luego el jefe del interbloque JxC, Luis Naidenoff, para decir que le parecía que había quedado claro cuando su par Julio Cobos propuso diez minutos por orador, con excepción de los miembros informantes y los cierres. Pero luego de la intervención del neuquino, señaló que “si las reglas se cambian, no hay ningún inconveniente, nos sometemos a los veinte minutos que estipula el reglamento y se avanza con flexibilidad. No hay temor a los debates, para eso estamos, pero si no hay sensatez en cuanto al tiempo, bueno, cada uno dispondrá de la flexibilidad de los veinte minutos”. Y concluyó: “Nos vamos a sujetar al Reglamento, presidenta, y queda librado a criterio de cada uno de los senadores si quieren hablar cinco, siete o hasta veinte minutos”.
La senadora Claudia Ledesma Abdala, que presidía el debate, reconoció que el reglamento establecía 20 minutos y que ella no los podía cortar. “Ese es el criterio que nosotros vamos a utilizar”, insistió Naidenoff, para advertir luego: “Vamos a utilizar en este debate el uso del tiempo que nos concede el reglamento. Si cada uno quiere autolimitarse en cinco o diez minutos, corre por cuenta de cada senador, pero el tiempo es de veinte minutos por senador”. Y así fue.
EL CRONOMETRO DE CRISTINA. “Le quedan dos minutos con treinta segundos, senador”, le dijo Cristina Kirchner en otra sesión al mencionado Oscar Parrilli, a sabiendas de que iba a seguir de largo. Pero ella le fue contando: “Le quedan menos de 40 segundos; menos, 35 segundos”. Hasta que lo dio por terminado: “Se le acabó”. “Simplemente…”, quiso continuar el senador oficialista. “No, no… Ya está. Diez minutos de DNU del macrismo ya terminaron. Se le terminó el tiempo”, insistió la presidenta del cuerpo. Parrilli estaba detallando los decretos de necesidad y urgencia del presidente Macri, y la titular del cuerpo le preguntó si tenía más. “Hay más”, aseguró él, ilusionado. “No. Pero ya no tiene más tiempo, senador”, lo cerró CFK, mostrándose inflexible. “La seguimos la próxima. Gracias”, aceptó él. “En la próxima seguimos con los DNU de los anteriores cuatro años. Gracias”, anticipó la vicepresidenta.
PARRILLI III. “¿Quién está pidiendo la palabra? ¿Parrilli?”, preguntó Cristina Kirchner en la sesión del 11 de junio, mientras transcurría el cierre del jefe del interbloque Juntos por el Cambio. Y a continuación le aclaró que no podía pedir la palabra porque no estaba en la lista de oradores. “Salvo que presente una cuestión de privilegio, no puedo darle la palabra”, le dijo. Intervino entonces el radical riojano Julio Martínez, para advertir: “Si le da la palabra a Parrilli, después de Mayans me da la palabra a mí”. Tentado por hablar, Parrilli dijo que quería plantear una cuestión de privilegio, y entonces Martínez insistió: “Señora presidenta: si le da la palabra a Parrilli después del presidente de nuestro bloque, yo le pido la palabra después de Mayans”. Y ante la insistencia de las partes, la presidenta le dio la palabra a María de los Angeles Sacnun para el cierre del debate. “Lo lamento, senador Parrilli, deberá hacer uso de la palabra en alguna otra oportunidad. Gracias”, le dijo a su fiel colaborador.
¡CORTENLE EL MICROFONO! “Bueno, tiene la palabra el senador Lousteau. Denle la palabra a Lousteau, por favor”, concedió cansada Cristina Kirchner en la sesión del 23 de julio, en plena discusión con José Mayans. El radical fue poco contemplativo al señalar que “la verdad es que si hay alguien que es llamativo que haga alusión a que nos vamos de tema es un senador que cada vez que cierra habla de cualquier cosa, como Mario Sánchez”. La discusión terminó a los gritos de una y otra parte, y la titular del cuerpo buscando poner orden: “¡No! Pare, senador Mayans. Un minuto. ¡No, no, no! Córtenle el uso de la palabra también al senador Mayans. Le voy a recordar, señor senador Lousteau, que no puede dirigirse en términos ofensivos a ningún senador…”.
EL VOTO EQUIVOCADO. Siempre participativo, Oscar Parrilli intervino en plena votación para apuntar que “el único que no fue condenado por evadir impuestos fue Macri. Nada más”. Alguien le contestó algo desde el Zoom que no fue transcripto en la taquigráfica, pero el secretario parlamentario Marcelo Fuentes sí lo escuchó y señaló: “Hay algún gracioso superpuesto, senador Parrilli. Ahora más gracioso es porque acá figura el senador Naidenoff como afirmativo. ¿Es ese el sentido de su voto, senador?”.
“Son esas cosas de la sesión. Negativo, presidente. Negativo, senador Fuentes”, concedió Naidenoff. “¡Ah! Somos todos graciosos”, repuso Fuentes, quien es senador, pero mandato cumplido.
Y DONDE ESTA BULLRICH? En la semana había transcurrido el episodio en el que el senador Esteban Bullrich había dejado puesta una foto suya en el Zoom durante una reunión de comisión, generando gran polémica por quienes le atribuían haberlo hecho adrede. No exenta de picardía, a la hora de votar, la vicepresidenta Cristina Kirchner señaló: “¿Pueden encender los señores senadores y senadoras sus pantallas, porque estamos a punto de lanzar la votación, por favor? Indíquenme cuáles son los que están… Kueider, Costa, Mirabella, Reutemann… No, Reutemann está ahí. Mirabella, Bullrich… ¿Dónde está Bullrich? A ver… Que no lo vi la última vez. ¿A ver? ¡Bullrich! ¡Bullrich! ¿Dónde está? ¡Ah, ya lo vi! ¿Qué tal, senador Bullrich, cómo le va?”.
Bullrich: Bien, presidenta. Buen día, ¿cómo está?
Cristina: Muy bien. Mejor que nunca, le diría.
Bullrich: Bueno, me alegro.
Cristina: Yo también.
Bullrich: La Argentina no tanto.
PROHIBIDO LEER. Reglamentos que no se cumplen establecen que para leer, un legislador tiene que pedir autorización. Y en el Senado la titular del cuerpo se ha propuesto hacerlo cumplir. A veces con éxito, otras no tanto, pero lo cierto es que el hecho de no estar la mayoría de manera presencial alienta a varios a arreglárselas para leer. No se sabe si fue el caso de la sesión en la que CFK interpretó que eso estaba haciendo el titular del bloque Pro, Humberto Schiavoni. “Perdón, senador: ¿está leyendo usted? Porque me parece que…”, le dijo Cristina, lo que Schiavoni negó rotundamente. “¿No está leyendo?”, insistió la vicepresidenta, nada convencida. “No, absolutamente”, insistió Schiavoni, a lo que CFK repuso: “Debe ser una mala impresión mía, entonces. Discúlpeme”. “Seguramente, señora presidenta; seguramente”, concedió el senador del Pro, pero lejos de mostrarse convencida, la presidenta del cuerpo deslizó: “Sí, sí; porque veo que está leyendo algo al costado, que no se ve obviamente, pero me pareció que estaba leyendo”. “No estoy leyendo”, repitió el senador. “¿No? Bueno”, dio por concluido la expresidenta. “Absolutamente”, cerró Schiavoni.
Fuente: Parlamentario