Compartimos la columna de la periodista Natalia Nieto emitida en el programa Compartiendo su Mañana por Aries FM.

Esta semana, el Presidente criticó que tres distritos hayan reabierto las aulas. Dijo Alberto Fernández sobre las clases presenciales que: «están jugando con fuego» y que “van a quemar a la gente», en referencia a la decisión que tomaron los mandatarios de CABA, Mendoza y Córdoba de no adherir al decreto para educar a distancia.

También dijo que su decisión no fue caprichosa y explicó cómo es la medición alemana en la que se basó para establecer cuándo debe haber educación remota.

“En Alemania hay una estimación que se hace para medir el riesgo de la pandemia, a la que llamamos tasa de incidencia. La tasa de incidencia mide cuántas personas se contagian cada 100 mil habitantes. Cuando llega a 150, se suspenden las clases presenciales. En todos esos lugares –CABA, Córdoba y Mendoza–, estamos hablando de tasas de incidencia de 600 a 700, cuatro veces lo que marca Alemania”, explicó el jefe de Estado.

En Salta, las condiciones epidemiológicas permitieron el regreso a las aulas, y Nación destaca que es la cuarta provincia en el ranking de vacunación docente, porque 26155 han recibido la primera dosis, es decir, el 65% del padrón docente salteño. Y del total 12880, ya recibieron el segundo pinchazo.

Pero Salta no es una isla, la crisis del COVID es mundial y por eso, hemos tomado un pronunciamiento de la ONU, que reflejó en el primer año de pandemia, su análisis sobre la educación en

En síntesis, ha considerado que ahora, es el momento de «pensar más allá del COVID-19», reinventar la educación y lograr el objetivo de brindar acceso a un aprendizaje de calidad a todos los estudiantes. Ese resumen de varias agencias de la ONU, se conoció en una declaración conjunta para conmemorar el Día Mundial de los Docentes, que se celebra el 5 de octubre cada año.

La conmemoración de 2020 destacó la contribución fundamental que han hecho los maestros para garantizar que el aprendizaje continúe durante la pandemia, así como su apoyo fundamental a la salud mental y el bienestar de los estudiantes.

“En esta crisis, los docentes han demostrado, como lo han hecho tantas veces, un gran liderazgo e innovación para garantizar que el aprendizaje no se detenga y que ningún alumno se quede atrás”, expresaron la UNESCO, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Sindicato Mundial de Docentes, entre otros.

Agregaron que los maestros de todo el mundo han trabajado individual y colectivamente para encontrar soluciones y crear nuevos entornos de aprendizaje para sus estudiantes, y que su función de asesorar sobre los planes de reapertura de las escuelas y apoyar a los estudiantes en su regreso es igualmente importante.

Los cierres de escuelas por el COVID-19 han afectado a más del 90% de la población estudiantil del mundo, o casi 1600 millones de estudiantes en el primer año de pandemia.

Unos 63 millones de docentes también se han visto afectados, mientras que la crisis ha puesto de relieve debilidades persistentes en muchos sistemas educativos y agravado las desigualdades, con “consecuencias devastadoras” para los más vulnerables.

Un estudio conjunto de la UNESCO, UNICEF y el Banco Mundial sobre la respuesta al COVID-19 encontró que solo la mitad de los países encuestados ofrecen a los maestros capacitación adicional sobre educación a distancia. Asimismo, menos de un tercio de las naciones cuenta con apoyo psicosocial para ayudar a los docentes a manejar la crisis.

La encuesta halló que el 81% de los maestros de primaria y el 86% de sus colegas de educación secundaria tienen solo los títulos y requisitos mínimos requeridos, con variaciones regionales sustanciales, según los datos publicados por el Instituto de Estadística de la UNESCO.

Y por ello, recomendaron pensar más allá de la pandemia y trabajar para construir una mayor resiliencia en los sistemas educativos, de manera que se pueda responder rápida y eficazmente a otras crisis similares.

Hacerlo exige proteger el financiamiento de la educación e invertir en una formación docente de alta calidad, así como en el desarrollo profesional continuo de esta fuerza laboral.

“Sin una acción urgente y una mayor inversión, una crisis de aprendizaje podría convertirse en una catástrofe del aprendizaje”, advirtió La declaración. “Incluso antes del COVID-19, más de la mitad de los niños de diez años de los países de ingresos bajos a medianos no podían entender una simple historia escrita”.

Proteger a los profesores del mundo

Las agencias instaron a los gobiernos y otras partes interesadas a proteger la seguridad, la salud y el bienestar de los docentes, así como su empleo.

Otras recomendaciones incluyen mejorar las condiciones de trabajo e incluir a los maestros y sus organizaciones representativas de manera más completa en la respuesta y recuperación de COVID-19.

“Ahora es el momento de reconocer el papel de los profesores para ayudar a garantizar que una generación de estudiantes pueda alcanzar su potencial, y de subrayar la importancia de la educación para el estímulo a corto plazo, el crecimiento económico y la cohesión social, durante y después del COVID-19”, expresó la ONU.

Y nosotros nos sumamos a esa declaración, porque la crisis presente es una oportunidad para reinventar la educación y lograr la visión de acceso equitativo a un aprendizaje de calidad para todos los niños y jóvenes. Pasa en la mayor parte del mundo, pero la vulnerabilidad y la desigualdad, se notan especialmente en Salta, donde se estima que más del 40% de los estudiantes tuvieron problemas de conectividad y donde, todavía en mayo, se seguía discutiendo sobre servir o no la Copa de Leche.