Los analistas internacionales coinciden en la idea de que mejor cerca y conocido, que lejano y por conocer. La capacidad de gasto de los turistas es probable que esté reducida, pero se estima que la gente viajará igual, aunque de manera diferente: privilegiará el aire libre y las nuevas experiencias. En el último hot sale, Aerolíneas Argentinas vendió casi 100.000 tickets aéreos, el 70 % para viajes por la Argentina y solo el 30 % para el exterior. Los destinos locales más solicitados fueron El Calafate, Ushuaia, Bariloche, Cataratas del Iguazú y Salta.

La incertidumbre acerca del regreso a la nueva normalidad es alta, por lo que puede resultar difícil planificar las vacaciones 2021. ¿Qué es lo que escuchamos hasta ahora?

  • Según una encuesta realizada en Latinoamérica: el 46 % de las personas tiene intención de viajar en 2020, un 18 % solo lo haría si encuentra una buena oferta y un 35 % rechazaría totalmente esa posibilidad. De viajar, sería en noviembre o diciembre.
  • En este sentido, en el último hot sale, Aerolíneas Argentinas vendió casi 100.000 tickets aéreos, el 70 % para viajes por la Argentina y solo el 30 % para el exterior, a diferencia de 2019 donde la relación fue 40 % nacional y 60 % internacional. Los destinos más solicitados en 2020: El Calafate, Ushuaia, Bariloche, Cataratas del Iguazú y Salta; Madrid, Miami, Londres, Nueva York, Cancún y Río de Janeiro.
  • Según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), la voluntad de viajar en avión está atemperada por las preocupaciones por el Covid-19. Alrededor del 58 % de los encuestados aseguró haber evitado en el último tiempo los viajes aéreos, y un 33 % sugirió que evitará viajar en el futuro como medida de prevención del Covid.
  • La Organización Mundial del Turismo describió que las claves para recuperar el turismo en la nueva normalidad serán el desarrollo de experiencias más segmentadas, enfocadas en la naturaleza de la cultura y en las zonas rurales o de proximidad, por lo que se esperan viajes sostenibles, con menor huella ambiental, enfocados en nichos como el ecoturismo, el avistamiento de aves, las plantaciones de café, los viñedos.
  • En conclusión, la gente no dejará de viajar, solo modificará su forma de hacerlo. Se movilizará mayormente en vehículo propio, evitando aviones y micros; elegirá espacios al aire libre alejados de centros urbanos; y está dispuesta a descubrir nuevas aventuras, en muchos casos sin resignar buenos servicios, tal el caso de estancias, bodegas, el glamping (o camping con glamour, por lo general, domos geodésicos con ammenities de lujo; foto inferior) y el motorhome.

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Todo lo expuesto no significa que el turismo tradicional no demandará la costa atlántica, los complejos de cabañas del norte, centro y sur de nuestro país ni los complejos del Litoral. Después del confinamiento obligatorio la gente necesitará despejarse por su bien físico y psíquico, y lo hará donde sus recursos económicos se lo permitan. La diferencia tal vez sea que muchas personas están dispuestas a atreverse a vacacionar de una nueva manera, por lo que es grande la expectativa e incertidumbre de todos los sectores hasta descubrir el perfil del nuevo modelo de consumidor.

En este contexto, es importante destacar que el probable cambio de paradigma no tiene que ver necesariamente con el poder adquisitivo, sino con un estilo de vida. Salir de camping, equiparse, alquilar un motorhome o comprar una lancha no es económico. Bastan unos simples cálculos para concluir que un día de campamento puede ser tan o más oneroso que el alquiler de un sencillo departamento. A modo de referencia (valores orientativos), la cama para una lancha en una guardería náutica ronda los $ 6.000 mensuales; la estadía en un camping, $ 500 por persona/día; en glamping, desde $ 3.000 a U$S 250, según ubicación y servicios; rentar un motorhome, U$S 230 por jornada; comprar una casa rodante de bajo perfil, unos $ 200.000; una tradicional de 4,5 m, $ 400.000; una buena carpa, desde $ 15.000; bolsa de dormir, $ 5.000 y mochila, $ 10.000.

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Si nos basamos en la experiencia de los países europeos que ahora están atravesando las vacaciones estivales, los motorhomes y el camping están siendo furor en España y Alemania. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de España, el sector del camping creció un 8 % en los últimos años, y en 2019 alcanzó 22,3 millones de pernoctaciones. ¿Cómo lo afectó el coronavirus? El 70% de las reservas que se hicieron antes de la pandemia se mantuvieron y en julio experimentaron un incremento de otro 70 %, en muchos casos clientes novatos que por primera vez pisaron un camping en vacaciones de verano, pero que para sus familias con chicos buscaron un turismo al aire libre en un entorno seguro que cumpliera con las normas que ayudan a minimizar los contagios por coronavirus. 

¿Cuáles son esas medidas?

  • El pre-checking de reservas y el pago online, con tarjeta o con otros medios electrónicos.
  • Priorizar en los bungalows la entrega de aquellos que hayan estado vacíos en las 48 horas previas a la llegada del nuevo viajero, además de desinfectarlos por completo entre la salida y entrada de cada usuario.
  • Colocar dispensers de alcohol en gel y de papel de secado o secador para las manos (evitar las toallas).
  • Recomendar el uso de calzado siempre, incluso en las duchas.
  • Extremar la limpieza, sobre todo en los espacios de uso común.
  • Diseñar actividades de animación controladas  para cierta cantidad de público.
  • Velar por la distancia de seguridad entre empleados y entre clientes, a tal extremo que algunos establecimientos dejaron una parcela vacía entre dos ocupadas
  • Obligar al uso de barbijos en lugares comunes.
  • Fuente: Weekend