Argentina, Bolivia y Chile concentran el 58% del recurso a nivel mundial y han tenido, históricamente, estrategias diferentes para su explotación.
Un triángulo imaginario trazado sobre la triple frontera Argentina-Bolivia-Chile contiene el 58% del recurso litio del mundo. Sin embargo, hasta hoy, las estrategias para su explotación fueron históricamente distintas y paralelas.
Bolivia
La Constitución define al litio como un recurso nacional estratégico y cuenta con un marco normativo específico. En 2017, el expresidente Evo Morales creó la empresa pública nacional Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) y el gobierno del Estado plurinacional de Bolivia controla la propiedad, el acceso, la explotación y la producción de carbonato de litio.
Argentina
El debate sobre de qué modo el litio podría impulsar la industrialización en el norte del país es muy reciente y disparado por el boom en la demanda del recurso y no cuenta con un marco regulatorio específico. Hay tres normas de la década del 90 que prefiguran la actividad: el artículo 124 de la Constitución Nacional, que define que las provincias son las dueñas del recurso; el Código de Minería, que indica que las empresas que solicitan los derechos a explorar y explotar los recursos pagan regalías a la provincia -menor al 3% del costo del producto en boca de mina-, y una tasa a los dueños de los terrenos. También tributan otros impuestos como empresas nacionales, IVA al Estado nacional e Ingresos Brutos a las provincias.
La Mesa del Litio, que conformaron los gobernadores de la región litífera (Salta, Jujuy y Catamarca), intenta generar consensos entre las provincias y la Nación para lograr mayor control estatal. De las tres provincias que la integran, Jujuy dio un paso adelante y declaró las reservas minerales de litio recurso estratégico para el desarrollo provincial, algo que acaba de hacer también La Rioja, aunque aún está en etapa exploratoria. ¿Será el próxima paso a nivel nacional?
Fuente: Letra P