En El Acople, la secretaria de Salud Mental de la Provincia, Irma Silva, indicó que las consultas de los pacientes durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio, se pueden dividir en dos grandes etapas. También destacó el trabajo del área con guardias telefónicas durante las 24 horas y las dificultades que algunos pacientes atraviesan por sufrir el abandono por parte de sus obras sociales.

“Las consultas que se hicieron al inicio de la pandemia, han sido producto del miedo a todo esto tan desconocido e inesperado, con todas las sobreexigencias a las que las ciudadanas y ciudadanos se vieron compelidos a realizar para mantener el aislamiento preventivo, social y obligatorio”, explicó Silva en El Acople y continuó: “apareció la cólera, como sentimiento, como algo esperable. El miedo a esto que uno tenía que enfrentar sin saber mucho. Aun poco se conoce del mal que nos aqueja”.

La línea gratuita habilitada por la Secretaría de Salud Mental y Adicciones (387517278) recibió 1.200 llamados desde el 20 de marzo, cuando empezó el aislamiento social preventivo y obligatorio y hasta la primera semana de mayo. Es decir, un promedio de 25 personas por día buscaron atención psicológica. La línea telefónica abierta desde hace 50 días, trabaja con guardias de 24 horas de lunes a lunes.

“Los pacientes son atendidos por profesionales de la provincia. Tiene que ver con un espacio de contención emocional y de apoyo. Además de eso, también de gestión. Tenemos una red lindísima, tanto de voluntarios como de profesionales y referentes en salud mental. Se hacen cosas al andar, pese a ser tiempos tan difíciles para todos”, afirmó.

Sobre los cambios registrados en las últimas semanas, Silva reveló que “en los últimos 15 días, podemos hablar de consultas que tienen que ver con agobio, fatiga social y el cansancio”.

“Ya no aparece tanto el miedo, sino la incertidumbre, que pesa mucho. Es una marca narcisista que nos deja esta situación. Hay una enseñanza que nos dejará la pandemia, porque a través de los siglos y de las distintas epidemias que tuvo que afrontar la humanidad, se han conformado sociedades y establecido normas y pautas diferentes a paradigmas que se venían sosteniendo”, sostuvo la especialista.

En este sentido, Silva destacó que “más allá de la incertidumbre, también están la tristeza y la soledad”, como sentimientos y no como patologías, e hizo hincapié en que el confinamiento ha sido más duro para unos que otros, porque “no es lo mismo estar aislado con comodidades, sin apuros o apremios económicos, o tener familia muy numerosa en espacios chicos y ver cómo aportar para la olla”.

Por último, se refirió a las problemáticas relacionadas al consumo problemático de sustancias, que también pueden ser asistidas vía domiciliaria.

“No todo es para internar. En muchas ocasiones, siguiendo la Ley Nacional de Salud Mental que establece que la internación debe ser terapéutica y no un recurso de aislamiento, hemos tenido que estabilizar a ciertas personas y acompañarlas. Es difícil, porque para las familias es complicado afrontar episodios violentos ante la falta o abuso de la sustancias”, finalizó la secretaria de Salud Mental.