Miguel Pichetto anda suelto. Sin cargo después de 26 años en el Congreso, a partir de diciembre mantuvo -y reforzó- el vínculo con Mauricio Macri y asistió como “invitado” de la reunión de la mesa nacional del PRO en Vicente López. Con el objetivo de consolidar una relación institucional con Juntos por el Cambio, el exsenador y candidato a vicepresidente se propuso armar una estructura partidaria para incorporar al “peronismo republicano” de manera formal a la coalición opositora. Incluye en la lista al exgobernador salteño.
También suelto en el discurso, sin los pruritos de dirigentes del PRO y con opiniones con las que acumuló críticas y acusaciones por xenofobia, Pichetto apuesta a posicionarse como referente de un espacio de centroderecha, la antítesis del kirchnerismo, con posiciones controvertidas en cuestiones de seguridad, política migratoria y otros temas con un lugar preponderante en la agenda.
Lo hará a partir de UNIR, de Alberto Asseff, el sello que iba a usar José Luis Espert antes de que el actual diputado quedara en la lista de Juntos por el Cambio, y otros espacios. “Hay varios partidos para armar la estructura. Lo importante es la construcción de un conjunto de ideas dentro de la coalición para aportar al debate nacional y que podamos cobijar al peronismo republicano”, dijo Pichetto.
El compañero de fórmula de Macri en su derrota fue uno de los dirigentes que mantuvo contacto frecuente con el ex presidente durante el verano, primero telefónico y luego con reuniones. Sin privarse de marcar errores que según su mirada contribuyeron al triunfo del Frente de Todos, y aun cuando consideró “válido” el reclamo de los socios por un esquema de funcionamiento más horizontal y la demanda de mayor participación en las decisiones, Pichetto rechazó los embates que entendió desmesurados hacia el fundador del PRO, por caso las celebraciones de su silencio o los pedidos de retiro de la política. El exsenador cruzó a los que “ningunearon” a Macri, les recordó el 40% y los 10 millones de votos en las generales, y a la vez remitió a relevamientos actuales para sostener que conservaría un lugar de relevancia como referente opositor: “Desvalorizan el propio espacio. Con Cristina Kirchner es un líder que está siempre en el escenario”. La defensa no implica un aval a una eventual candidatura de Macri en el futuro, se encargó de aclarar.
Si la designación de Pichetto como candidato a vicepresidente no generó incorporaciones de peronistas de peso a Juntos por el Cambio como presuponían algunos macristas el año pasado, con Alberto Fernández en el poder las expectativas son aún menores al menos en esta etapa. Dirigentes de la UCR y el PRO al tanto del nuevo partido en marcha pensaron en Juan Manuel Urtubey, aunque por el momento no hubo contactos concretos. Cristian Ritondo, Diego Santilli, Rogelio Frigerio, Emilio Monzó y Sebastián García De Luca, entre otros, integran la lista de funcionarios y legisladores de origen peronista que se movieron en el PRO. «Todavía no hablamos con Miguel, pero creemos que el espacio debe flexibilizarse a ese tipo de aperturas», dijo uno de ellos a este diario.
Pichetto sostiene que Juntos por el Cambio cosechó votos peronistas en las últimas elecciones, especialmente en distritos como Córdoba, Santa Fe, San Juan y en menor medida en Santiago del Estero. También en municipios bonaerenses como Mar del Plata, Bahía Blanca y Olavarría. Planea la estructura partidaria para contener y más adelante como un eventual espacio para atraer eventuales desprendimientos del Frente de Todos, pese a que por experiencia sabe que el peronismo se aglutina en el poder.
“No se puede no tener discurso, un mensaje. El 2021 es una prueba interesante”, advirtió a sus aliados sobre la discusión incipiente sobre el posicionamiento. Pichetto buscará consolidar su referencia en la centroderecha, convencido de que el progresismo lo abarcará “casi totalmente” el Gobierno y en especial el kirchnerismo. En Juntos por el Cambio ubica a un sector de los radicales como expresión de algunas posiciones socialdemócratas o de centroizquierda, y apuntará a “ampliar” por el costado ideológico opuesto.
Fuente: Clarín