El fiscal federal, Carlos Martín Amad, explicó cómo desarrolla su trabajo e hizo hincapié en las causas por narcotráfico que tienen vínculos con el poder político. El caso Liliana Ledesma; el Clan Castedo; el caso de Marcos Levin y el desempeño del juez Reynoso, son algunos de los temas que detalló el funcionario de la Justicia Federal. “Yo hago mi laburo, mi trabajo es ser fiscal”, dijo Amad y aseguró que las amenazas que ha recibido a lo largo de su carrera le dan asco. “Para mí son cobardes”, dijo.

En El Acople – conducido por Natalia Nieto y Diego Ferreyra – Carlos Amad primero habló sobre la condena que recibió Marcos Levin. El fiscal federal indicó que no estaban seguros de lo que iba a pasar y señaló que les costó mucho llegar al juicio. También reveló que tenían una multiplicidad de hechos, pero que solamente uno – el de Víctor Cobos – fue el que receptó la Justicia Federal como delito de lesa humanidad. “Había otras 16 o 17 víctimas, que también habían sufrido lo mismo que el señor Cobos, pero la Justicia Federal en su momento dijo que no eran delitos de lesa humanidad”, profundizó.

Seguidamente, comentó que la Cámara de Casación, en una medida que entiende como arbitraria y parcializada, “decretó que no eran delitos de lesa humanidad”. Sin embargo, Amad explicó que recurrieron a la Corte Suprema y allí le terminaron dando la razón al Ministerio Público Fiscal. “El tribunal lo receptó y seguro que en breve iremos a juicio”, remarcó.

Para el fiscal federal, el fallo de Casación fue un paso atrás, pero afirmó que la Corte Suprema miró otros parámetros y otras cosas y puso todo en su lugar. Agregó que no le gustan los tiempos que se toman, porque son largos y porque empieza a jugar la impunidad biológica, es decir, “la edad de estas personas y de las víctimas también”. “El Estado argentino tiene en esto una responsabilidad importantísima, que hasta ahora la venimos llevando a cabo bien y satisfactoriamente”, aseguró.

Posteriormente, dijo que más allá que algunas víctimas no estén porque ya fallecieron, él mismo va a seguir adelante con su trabajo, teniendo en cuenta que “los hechos están probados”. Reveló que la sentencia del Tribunal Oral 1 de Salta contiene cosas muy interesantes en su análisis: “Afirman que había un grupo de tareas especiales dentro de la empresa al amparo del usurpador; funcionaba como un pequeño Estado dentro de un Estado de facto. Este señor se movía con policías, con guardias de las fuerzas de seguridad y se movía con la impunidad que le daba el poder de ser el dueño de semejante empresa”, puntualizó.

CLAN CASTEDO Y CASO LILIANA LEDESMA

Respecto al Clan Castedo, cuyos miembros permanecen presos, Amad dijo que primero el jefe de la banda era un diputado provincial de apellido Aparicio. En este contexto, explicó que Aparicio figuraba como jefe de una organización criminal vinculada al narcotráfico. “Esto no solo consta en una sola causa, sino en muchas otras”, agregó y reveló que hace poco tuvieron un debate oral, donde había un camión de estilo batea con doble fondo, “que todavía está inscripto a nombre de este señor”.

Amad relató que se ha probado que, en la sucesión, después de la muerte de Aparicio, “entró Delfín Castedo”.  “Este señor, hoy, es propietario de enormes tierras donde hubo triangulaciones espurias entre él, Torino y los Yudi, donde pretendían tener una aduana paralela y privada”, indicó.

“NUNCA VAMOS A SABER A CIENCIA CIERTA SI SIGUEN OPERANDO O NO”

Por otro lado, Amad explicó que los hermanos Castedo están detenidos desde 2016. “Nunca vamos a saber a ciencia cierta si siguen operando o no”, consideró el fiscal federal, quien al mismo tiempo subrayó que “el mito los asocia con los panes de cocaína que aparecen con el pescadito o el delfín”. “Soy un irresponsable si digo que estas cosas son de Castedo, no tengo pruebas para decir eso, pero bueno, la gente alimenta el mito”, sostuvo.

“NO ES FÁCIL INVESTIGAR A UN JUEZ FEDERAL PORQUE TIENE FUEROS”

Carlos Amad también fue consultado sobre el caso del juez federal, Raúl Reynoso, acusado de favorecer a narcotraficantes con resoluciones judiciales. “No es fácil investigar a un juez federal en ejercicio de sus funciones”, dijo y detalló que la dificultad se presenta porque los jueces y fiscales federales tienen inmunidades similares a la de los senadores y diputados nacionales o como el mismo presidente de la Nación.

Al fiscal federal le preguntaron si le daba miedo hacer su trabajo, teniendo en cuenta las amenazas que recibió en el ejercicio de sus funciones. “Me siento seguro”, respondió y dijo que no ha tenido sucesos violentos, “más allá de una cartita de amor y de una bala que me dejaron arriba del auto”.

Las amenazas no me molestan, me provocan asco por la cobardía del otro”, comentó y remarcó que, para él, quien amenaza de forma anónima “es un cobarde”. “Mi trabajo es ser fiscal, yo no tengo nada personal en contra de ninguna de las personas que investigo. Por eso yo entiendo que no tiene sentido una amenaza que se hace desde la sombra y desde la más profunda de las cobardías. Por eso me provocan asco, ni lástima les tengo”, concluyó.