El desdoblamiento electoral es un fenómeno repetido y constante a lo largo de los años. En algunos distritos se trata de una herramienta preestablecida por ley, mientras que en otros se utiliza como estrategia política.

El año electoral dio sus primeros pasos el domingo pasado con las Internas Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (IASO) en La Pampa. De esta manera, se abrió un ciclo de elecciones provinciales desdobladas de los comicios nacionales del próximo 13 de agosto, fecha dispuesta por la Cámara Nacional Electoral para celebrar las PASO en todo el país. El desdoblamiento, un viejo y conocido fenómeno que disparará estrategias, intereses y prioridades a lo largo de 2023.

Juntos por el Cambio, que ahora analiza los resultados en La Pampa donde el radicalismo se erigió como vencedor frente al PRO, tampoco le escapa a las mesas de debate. Los principales referentes de la coalición opositora se vieron las caras el pasado 6 de febrero, con el foco puesto en las provincias que celebrarán sus elecciones desdobladas y en temas de actualidad política como la situación económica o el pedido de juicio a la Corte Suprema.

Asistieron Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, María Eugenia Vidal, Gerardo Morales, y Miguel Ángel Pichetto. Además, participaron gobernadores provinciales, diputados nacionales, economistas y especialistas.

En este contexto de ordenamiento electoral, 16 provincias ya confirmaron el desdoblamiento de sus elecciones provinciales por sobre las nacionales:

  • La PampaRío NegroEntre RíosMisiones, Mendoza, San Juan, La Rioja, Salta, Tucumán, Chaco, Santiago Del Estero, Corrientes, Neuquén, Jujuy, San Luis y Tierra del Fuego.

Cuáles son los motivos del desdoblamiento

La prioridad en las problemáticas locales es el principal argumento esgrimido por las provincias para desdoblar. En caso de simultaneidad, los gobiernos se ven obligados a tratar cuestiones que refieren a la pelea nacional y dejan de lado los temas internos.

En un panorama actual donde la imagen presidencial y la gestión nacional pueden ser poco favorables para los candidatos oficialistas, Facundo Cruz, politólogo y miembro del Centro de Investigación para la Calidad Democrática (CICaD), identifica al “arrastre” como otro de los motivos de desdoblamiento en diálogo con Ámbito: “Hay un arrastre de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba. De arriba hacia abajo, candidaturas potentes a nivel nacional te derraman positivamente si hay candidaturas provinciales, pero también necesitás que la estructura política del distrito milite la boleta presidencial”.

Cuantas más provincias estén unificadas va a ser mejor para el que quiera ganar la presidencia. En un calendario muy separado y muy desdoblado, la estructura militante sale a la cancha varias veces en el año, y eso genera costos para los dirigentes y desgasta”, agrega.

Y hay un antecedente que podría comprobar ese desgaste. En 2019, Mauricio Macri perdió en primera vuelta con el 40% de los votos frente a un 48% de Alberto Fernández y solo 4 distritos adhirieron sus fechas de elecciones a la contienda nacional: provincia de Buenos Aires, Catamarca, La Rioja y CABA.

“Hoy podrían ser 5 las provincias que tengan simultaneidad con la elección presidencial. Eso ubicaría a Alberto Fernández muy cerca de Macri. Después se puede pensar en similitudes y diferencias de por qué se llega a ese punto, pero el escenario es malo”, explica Cruz.

En el repaso histórico, el desdoblamiento electoral logró su carácter tendencioso de manera progresiva:

Provincia de Buenos Aires: la remota idea del desdoblamiento

En territorio bonaerense no aparecen muchas dudas y las elecciones irían unificadas como en casi todos los años electorales.

Sin embargo, Axel Kicillof se manifestó al respecto en el mes de diciembre: “Dije desde el día en que asumí que estaba en discusión este tema, tanto las PASO como el desdoblamiento. En la provincia necesitamos pasarlo por la Legislatura y no hay una mayoría, así que evidentemente va a tener que ser de consenso si hay algún cambio”.

Axel Kicillof
Axel Kicillof

Facundo Galván, politólogo, director del GICP-UBA “Elecciones, Reforma Política y Observación Electoral” e investigador del Observatorio de Reformas Políticas de América Latina, le señaló a Ámbito que “el principal desafío de Kicillof es tirarse a la pileta con una administración de una elección que nadie ha hecho hasta ahora, algo arriesgado. Estamos hablando de administrar una elección sin el comando electoral y sin el apoyo de la Justicia Electoral Nacional”.

La provincia se encuentra actualmente adherida a la Ley 15.262 de Simultaneidad, la cual establece la realización de elecciones provinciales y municipales a la par de las nacionales, bajo las mismas autoridades de comicio y de escrutinio. Desdoblar significaría una reforma electoral a través de la Legislatura, donde se deben buscar consensos en un Senado dividido: tanto Juntos por el Cambio como el Frente de Todos poseen 23 bancas cada uno. Algo, a priori, impracticable por una cuestión de plazos.

En Buenos Aires también existen antecedentes previos que se remontan a 2019. En aquel entonces, la ex gobernadora María Eugenia Vidal deslizó una idea de desdoblamiento que incluía una reforma electoral con consenso del peronismo en la Legislatura. Una estrategia política cuyo único fin se basaba en evitar el arrastre de la imagen ya desgastada y cuasi derrotada del expresidente Mauricio Macri. La propuesta, debatida con mesas electorales de por medio, fue rechazada por los altos mandos de la presidencia y Vidal perdió por más de 14 puntos de diferencia.

“La estrategia de María Eugenia Vidal y el cálculo no fue muy diferente de lo que probablemente le esté pasando por la cabeza a Kicillof. Hay una incertidumbre con probabilidad de derrota en el nivel nacional y la gente mete la boleta votando las puntas”, señala Galván.

Más allá del escenario en el FdT y JxC, uno de los principales perjudicados -en el caso hipotético de Buenos Aires y en todo el país- por el fenómeno del desdoblamiento parecería ser Javier Milei. Sin una estructura sólida, territorial y federal, el diputado de La Libertad Avanza necesita tener su nombre en todas las boletas. “Milei va a ser perjudicado por el sistema político, porque instalar candidatos en provincias que tienen su propio calendario electoral debe ser complicado. No llega a armar su estructura a nivel nacional y subnacional al mismo tiempo”, explica Galván.

Entre Ríos: un caso de incertidumbre, especulaciones y liderazgos

Entre Ríos es un fiel reflejo de especulación y estrategia política. Si bien todo conduce al desdoblamiento, el gobernador Gustavo Bordet no oficializó los plazos y cuenta con tiempo hasta el 27 de abril para definir la fecha eleccionaria debido a la reforma impulsada por el propio mandatario en la Legislatura entrerriana.

¿Cuál podría ser la estrategia? Para Facundo Cruz, se debe a un equilibrio entre mostrarse fuerte dentro de su provincia y, al mismo tiempo, colocarse en el plano nacional: “Bordet sigue siendo un actor de peso en el distrito y tiene un problema de sucesión antes que un problema de liderazgo. Por eso, intenta lograr un equilibrio entre cumplir con lo que tiene de mandato político, es decir, ser parte de los gobernadores que apoyan al gobierno nacional. Pero también mostrarse como alguien que puede llegar a tener un margen de autonomía en una eventual discusión de liderazgo a nivel nacional”.

El oficialismo no posee a día de hoy un nombre definitivo para competir con Rogelio Frigerio, quien consiguió una amplia victoria en las legislativas de 2021 y ahora se presenta como un candidato cambiemita que podría patear el tablero de la gobernación en esa provincia. Además, el actual gobernador no puede ser reelecto, por lo que todavía especula con una posible candidatura, ya sea a diputado provincial o nacional.

En caso de desdoblar, Entre Ríos celebrará sus comicios generales el 24 de septiembre, tan solo 15 días previos a la elección nacional. Los posibles candidatos del oficialismo para la sucesión se reducen a cuatro: Juan José Bahillo, Secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación; Adán Bahl, intendente de Paraná, Enrique Cresto, intendente de Concordia, y la vicegobernadora Laura Stratta.

Las provincias con autonomía electoral como Entre Ríos podrían sacar a sus habitantes a votar unas cinco veces en el año: primarias provinciales (30 de julio), elecciones generales provinciales (24 de septiembre), primarias nacionales (13 de agosto), elecciones generales nacionales (22 de octubre) y ballotage presidencial.

Según Facundo Galván, “la participación electoral depende de múltiples factores, sería reduccionista vincularla sólo a uno. Sin embargo, puede existir cierto desgaste por la cantidad de elecciones. En 2021 tres de los distritos que votaron cargos locales en forma previa (Corrientes, Misiones y Salta), estuvieron entre los seis con menor participación de las legislativas nacionales, destacando que Salta fue la de menor participación”.

Cruz, en este sentido, asegura que los números de votantes no se ven afectados: “Eso generalmente es más un vox populi que no necesariamente después se corrobora. Si vos seguís el discurso público parece que la gente se cansa, pero si vas a ver los datos, la gente no se cansa de ir a votar”.

Así las cosas, al menos diez provincias conocerán a sus gobernadores antes de la presentación de las listas nacionales. La rueda comenzó a girar de manera temprana y, a pesar de la distancia de ocho meses con las presidenciales, el año electoral ya tiene sus primeras definiciones.

Fuente: Ambito