“El Estado tiene una deuda estructural con el NOA y NEA y más con las comunidades originarias”, reconoció el ministro de Desarrollo Social de la Nación, Daniel Arroyo y precisó que hoy, “la política social es 90% de asistencia alimentaria y 10% de trabajo”. El funcionario graficó el impacto de la pandemia para el destino de los recursos. Adelantó que una renta universal reemplazará al IFE. La asistencia alimentaria se incrementó durante la pandemia y alcanza a 11 millones de argentinos.

La paralización de la economía como consecuencia de la pandemia por coronavirus agudizó el delicado escenario social que tiene el país de hace décadas y que se profundizó en los últimos años. Crecimiento de la desigualdad producto de la pérdida de miles de empleos registrados, empeoramiento de indicadores sociales y también la caída del trabajo informal llevó a que miles de familias no puedan cubrir las necesidades más elementales.

 “La política de la pospandemia es reconstruir el tejido social con trabajo, el Estado nacional tiene una deuda estructural con el NEA y el NOA y en particular con las comunidades originarias”, afirmó el funcionario. En ese sentido, señaló que en los próximos días se anunciará también un programa de corte laboral que alcance a sectores aborígenes e insistió en la necesidad de generar empleo como igualador de oportunidades. Ante ello, la respuesta del Estado fue intensificar políticas sociales de la forma más básica que es mediante la inyección de fondos de forma directa a los sectores más vulnerables (casi 9 millones cobra el Ingreso Familiar de Emergencia) complementando con la distribución de alimentos.

“Durante la pandemia, las políticas sociales se dividen un 90% en asistencia alimentaria y un 10% a lo que tiene que ver con el trabajo, el desafío pasa por tratar de llegar a fin de año con un equilibrio de esa situación”, señaló en una videoconferencia el ministro de Desarrollo Social de la Nación, Daniel Arroyo.

Así como se sabe que el contexto es delicado y complejo también se tiene la certeza que la recuperación será lenta y progresiva por lo que la presencia del Estado deberá continuar de forma sostenida, aunque señalan que el eje será la vinculación o reconversión en programas sociales en propuestas de empleo y que la transferencias se focalicen en aquellos sectores de mayor vulnerabilidad.

Para ello, el “plan pospandemia”, que tiene el funcionario nacional tiene tres columnas vertebrales. La primera se recuesta en lo que se denominó Potenciar Trabajo, que es el programa por el cual los beneficiarios reciben la mitad de un salario mínimo y que a partir de ahora deberán capacitarse en oficios para luego crear unidades productivas a las que se acompañarán con agilizar la comercialización y exenciones impositivas, el establecimiento de la renta universal y la urbanización de barrios populares para crear empleo por un lado y por otro garantizar derechos básicos como acceso al agua, la energía eléctrica y mejorar el hábitat reduciendo niveles de hacinamiento.

“Se está por comenzar a pagar la tercera cuota del IFE y luego será tiempo de evaluar qué medidas se toman pero lo concreto es que el apoyo del Estado continuará”, definió.

Renta Básica

Al tratarse de una idea en ciernes y apenas bosquejada, Arroyo no detalló los pormenores de lo que se llamaría Renta Básica Universal, la transferencia que reemplazará al IFE, con una llegada bastante más baja de los casi 9 millones de argentinos que cobran hoy el Ingreso Familiar de Emergencia.

El ministro estima que esta nueva línea llegaría a entre tres y cuatro millones personas y si bien no dio perfiles específicos indicó que será de aquellos que venían siendo socialmente excluidos y la pandemia visibilizó aún más la desigualdad.

“Encontramos tres realidades. Están aquellos que recuperarán rápidamente el trabajo cuando se levante la cuarentena, otro que necesitará de capacitarse en oficios, y una tercera con problemas de salud, consumos problemáticos o que no terminó la escuela secundaria, que es quien en situación de mayor vulnerabilidad se encuentra”, finalizó.

Fuente: Diario Norte