Así lo reconoció el ministro de Primera Infancia, Carlos Abeleira, al sostener que Salta es una provincia de las más pobres de la Argentina y que esa situación no se revertirá rápidamente. 

Aun así, planteó que el gobierno provincial plantea «un modelo distinto; trabajar de otra manera la pobreza, en la persona», y que ese modelo es ejemplo a nivel internacional.

Abeleira explicó que las mediciones generales, «miran la cuestión estructural y las necesidades básicas insatisfechas, pero sigue habiendo madres de 11 años, chicos que dejan el secundario (porque el 50% de los chicos que termina la primaria, no termina la secundaria», y otros datos que a entender del ministro, obligan a empezar a trabajar con los niños, desde los primeros mil días.

«El dato de la pobreza en Salta del 38%, es el único oficial que existe y por ello entendemos que debemos empezar desde muy chiquitos: el cambio de mirada es dejar de ver solo cuestiones estructurales y económicas y en cambio, empezar a concentrarse en la persona y el desarrollo humano; es la clave de todo», consideró Abeleira.

En ese contexto, Abeleira celebró que en la provincia, el índice de mortalidad infantil hoy sea casi como la media nacional; ya que se encuentra en 9,6 por mil; cuando antes era del 15 por mil. «Cuando asumí, las noticias permanentes eran de fallecimientos de chicos en el norte por cuestiones prevenibles y hoy dejaron de ser noticia, porque el Estado hizo una inversión muy fuerte», aseguró.

En tanto, dijo que la tasa de mortalidad materna es muy baja con respecto al promedio nacional, pero no precisó datos. «Hay un trabajo muy coordinado y muy bueno los Ministerios de Salud y de Asuntos Indígenas y creamos cerca de 120 centros de primera infancia y hay unos 10.000 chicos contenidos en el sistema provincial», precisó el funcionario.

Sobre las herramientas para evitar consecuencias de la pobreza en la adultez, Abeleira dijo que el principal propósito es concentrarse en «la persona» y empezar por saber qué sucede en el hogar. Y aseguró que «potencialmente podes organizar un estado más efectivo, es un cambio radicalmente importante». Aun así, reconoció que en la pobreza, el gran cambio no se va a lograr solo con la herramienta de fomentar la autoestima y la inteligencia emocional, porque «la soledad, la discriminación o las adicciones son difíciles de revertir a gran escala: el secreto está en los más chiquitos», sentenció.

Y confirmó el alarmante dato del crecimiento de la indigencia de los menores, que hoy alcanza a un 20% de los niños. «Los Estados, pese a haber invertido más en gasto social, cada vez tienen más pobres, y del total, más niños, cuando en esa etapa el niño desarrolla las bases que van a sustentar su futuro» dijo Abeleira y admitió que de otra forma «el llega tarde, a los 4 años de edad, cuando un chico empieza la escuela».
«Debemos trabajar en el mejor recurso que tiene un país, que son las personas», finalizó Abeleira.