Ángel F. nunca imaginó lo que descubriría al ingresar en un grupo público de Facebook bautizado «Solos y solas». Primero recibió una invitación para sumarse a chats de WhatsApp y, a poco de acceder a las conversaciones virtuales, advirtió que estaba ante una red internacional de pedófilos dedicada al «tráfico e intercambio de videos e imágenes con contenido sexual infantil y abusos sexuales de menores de edad».
Eso pasó en 2018. Hizo la denuncia y hoy, al cabo de dos años de investigación, la Policía Federal hizo una serie de allanamientos en San Miguel, Marcos Paz, Pergamino, Quilmes, Lanús, Longchamps, en territorio bonaerense, y en las provincias de Chaco, Salta, Santa Fe, Córdoba y Río Negro. Se secuestraron notebooks, celulares, cámaras de fotos digitales, tarjetas SIM de teléfonos móviles y documentación con anotaciones de páginas web.
«Tras analizar el material probatorio alojado en la memoria interna del teléfono celular y de dos tarjetas de memoria micro SD del denunciante, se constató la existencia de abonados telefónicos con códigos de área de diferentes partes del mundo que participaban en forma activa en los grupos de WhatsApp mencionados, desde cuyos aparatos de telefonía celular compartían las imágenes y videos», sostuvo la fiscal de Lomas de Zamora María Recalde en un dictamen presentado ante el juez de Garantías Gabriel Vitale, que habilitó los allanamientos en la provincia de Buenos Aires.
Hace dos años, después de la denuncia de Ángel F., la Justicia dio intervención a la División Delitos Cibernéticos contra la Niñez y la Adolescencia de la PFA para que desentrañara la actividad de la red de pedófilos. Los detectives policiales, a poco de comenzada la investigación, «comprobaron la existencia de varios ciudadanos argentinos radicados en diferentes provincias que compartían fotografías y videos con pornografía infantil».
Durante la pesquisa, los especialistas de la Federal buscaron en redes sociales para determinar si los niños y niñas víctimas de la red de pedofilia eran familiares o conocidos de los sospechosos. Eso es aún materia de investigación, explicaron las fuentes consultadas.
«Los videos que pudimos recuperar eran terribles: fotografías y filmaciones de abusos sexuales de menores de edad», afirmó una calificada fuente con acceso al expediente, aún sorprendida por lo que llegó a ver en los archivos analizados por los detectives de la Federal.
Según se desprende del dictamen de la fiscal Recalde, se pudo reconstruir cuántos archivos de video con «contenido de explotación sexual infantil explícitos» enviaron por medio de WhatsApp las personas investigadas.
Uno de los sospechosos llegó a mandar 32 archivos; otro, 23; un tercero, 17, un cuarto 13, y hubo varios que enviaron al menos un documento con imágenes abyectas.
«La fisonomía física de uno de los menores explotado sexualmente en una de las filmaciones recuperadas es parecida a la del niño que aparece de contacto de WhatsApp de una de las personas investigadas. Lo que indicaría que podría ser un familiar», sostuvo una fuente del caso.
El objetivo de los allanamientos solicitados por la fiscal Recalde fue el de secuestrar computadoras, soportes magnéticos, pendrives, discos rígidos, cámaras de foto, teléfonos celulares y todo «soporte magnético que pudiera ser utilizado tanto para obtener placas fotográficas y videos, como para almacenar ese tipo de archivos».
Fuente: La Nación