Así lo sostiene el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Jorge Neme, que aseguró que el memorándum de entendimiento que Argentina y China firmarán para impulsar inversiones en el sector porcino argentino contempla la concreción de inversiones con control ambiental y un impacto positivo en el tejido social y productivo del país.
En ese sentido, señaló que si bien por ahora no hay presentados proyectos de inversión individual, la idea es que puedan orientarse hacia zonas más postergadas del país a nivel económico para favorecer la integración regional y desconcentrar la población del área metropolitana de Buenos Aires.
«En la medida que no tengamos un proceso de diversificación de inversiones, de empleo productivo y de uso de recursos, tenemos la amenaza de un cuarto cordón en el área metropolitana en Buenos Aires. Eso es mucho más dañino que la posibilidad de tener una granja de cerdos en la provincia de Chaco, Formosa, Salta o Catamarca. Hay que analizar eso», afirmó Neme.
«Uno de los temas que hay plantear desde el ambiente y el hábitat es cómo redistribuir la población en el espacio nacional. La inversión juega un rol activo. No es algo enemigo del medioambiente», aseguró Neme en una videoconferencia sobre el Pre-Acuerdo Porcino organizada por la ONG Eco House.
Según explicó, Cancillería recibió del gobierno chino inquietudes sobre la posibilidad de evaluar inversiones en material de carne de cerdo y, en base a ello, se redactó un memorándum de entendimiento con ejes en el desarrollo tecnológico de la producción, la sanidad y bienestar animal, y un paraguas para la promoción de acuerdos entre empresas argentinas y chinas para la producción de cerdos.
«La idea era orientar esas inversiones a las provincias del NEA Y NOA para transformar la producción de maíz en carne de cerdo en ese lugar y cambiar su matriz productiva», aseguró.
Y añadió: «No queremos que recaigan en la pampa húmeda, donde ya hay varios de esos establecimientos con sistemas muy similares a los que los chinos proponen».
El modelo de producción de unas 900 mil toneladas de carne de cerdo, explicó, se haría a través de «25 establecimientos de entre 10 y 15 mil animales cada uno, con frigorífico y planta de biodiesechos para dar tratamiento a los efluentes integrados».
Consultado sobre el impacto ambiental que podría tener este proceso aseguró que «aún no hay ningún proyecto» presentado para avanzar en una de estas granjas pero afirmó que, cuando así suceda, «se harán los análisis de factibilidad, de proyecto sus términos y cuánto material y producción argentina, el impacto ambiental y social y cómo se conforman los recursos humanos».
«En la medida que no tengamos un proceso de diversificación de inversiones, de empleo productivo y de uso de recursos, tenemos la amenaza de un cuarto cordón en el área metropolitana en Buenos Aires. Eso es mucho más dañino que la posibilidad de tener una granja de cerdos en la provincia de Chaco, Formosa, Salta o Catamarca. Hay que analizar eso», insistió Neme.
Fuente: Télam