La autora del libro “Hoy es el día, la herida abierta del Submarino Ara San Juan”, María Eugenia Ulivarri Rodi, fue entrevistada en El Acople y habló sobre cómo vivió la desaparición de la nave en 2017. La mujer explicó que su pareja, el teniente de fragata Renzo David Martín Silva, era uno de los 44 tripulantes. “Escribir fue mi cable a tierra”, dijo y afirmó que “no se puede cerrar algo que no se sabe qué pasó”.

Ulivarri Rodi contó que su prometido – el teniente de fraga Renzo David Martín Silva – era uno de los 44 tripulantes a bordo del Submarino Ara San Juan. Además, dijo que desde siempre le gustó la escritura, “así que fue mi cable a tierra desde que me enteré de la desaparición del submarino”.

También relató que comenzó a escribir lo que iba sucediendo, aunque indicó que primero no tenía la intención de volcar todo eso en un libro. “Con los años decidí recopilar todo”, aseguró. Seguidamente, explicó que el libro tiene tres partes. “La primera son las conversaciones que tuve con Renzo, semanas y meses anteriores a la zarpada del ARA San Juan”, detalló.

A su vez, mencionó que la segunda parte se la dedica a Renzo y a Dios. “Va desde que me despido de Renzo hasta la zarpada, el 8 de noviembre de 2017, pasando por toda la noticia de la pérdida del contacto hasta que lo encuentran un año después”, comentó.

Asimismo, relató que la tercera parte es breve y contiene los acontecimientos que, de alguna manera, cierran la parte de la historia. “Es mi experiencia”, dijo y también señaló que no habla de la causa, sino que “voy contando lo que vivo día a día”.

“ES INIMAGINABLE PENSAR QUE SALÍS A HACER UN EJERCICIO Y NO VOLVÉS”

Pero María Eugenia Ulivarri Rodi vivió esta situación muy de cerca, porque en 2014 ingresó a las FFAA. Al ser abogada, entró como CUINA, es decir, al Curso de Integración Naval, que es para profesionales. “Ingresé para ser abogada, pero como personal militar”, narró.

Cuando se enteró de la pérdida de contacto con el submarino estaba en Córdoba, recibiendo un título. “Me entero a la madrugada del 17 de noviembre, a la noche. La llamaron a mi mamá por teléfono, una prima de Tucumán, preguntándole si Renzo estaba en el ARA San Juan, porque había un submarino desaparecido. Mi mamá me despertó después de hacer algunas llamadas y me contó de la pérdida de contacto”, explicó.

También dijo que en Argentina es de público conocimiento que las Fuerzas Armadas no tienen los recursos que deberían tener, pero que “nadie se imagina que sale a hacer un ejercicio y no vuelve más”. “Es inimaginable”, afirmó.

Al ser consultada sobre si logró cerrar esta etapa de su vida, respondió que “la verdad que no se cerró por la forma en que sucedieron los hechos”. “Un momento clave fue cuando lo encontraron, un año después, por lo menos yo había mantenido la esperanza de verlo a Renzo con vida, aunque suene una locura, pero mantuve la esperanza durante mucho tiempo. El hecho que hayan encontrado el submarino un año después fue, para mí, una especie de comenzar a cerrar”, finalizó.