Por Matías Miguens
- El Gobierno nacional inauguró en Córdoba la reversión del Gasoducto Norte. Se trata de una obra que sustituye el gas importado desde Bolivia con gas proveniente de la formación de Vaca Muerta en Neuquén a localidades del noroeste y centro del país.
- La obra consistió en la construcción de un gasoducto de 122 kilómetros, de otros 2 paralelos para ampliar la capacidad de transporte y de la reversión de plantas compresoras para el sentido del abastecimiento de los gasoductos que pasan por esas regiones.
- Para los especialistas, la obra tendrá beneficios para la generación de gas residencial, las industrias y para la generación de energía eléctrica. También significará un ahorro de divisas para el estado ya que el precio del gas local es un tercio menor al importado por Bolivia.
El Gobierno nacional inauguró en Córdoba la reversión del Gasoducto Norte, que permitirá transportar el gas de Vaca Muerta a las provincias del norte y centro del país.
A través de un comunicado, la Secretaría de Energía de la Nación precisó que la obra “permite revertir el sentido del flujo de gas, logrando transportar hasta 15 millones de m3 de gas para cubrir la demanda de la región centro y norte y reemplazar el gas que se venía importando desde Bolivia”. Además, se informó que este cambio permitirá el ahorro de divisas por US$ 1.000 millones al año.
Pero ¿de qué se trata la reversión del Gasoducto Norte y qué impacto tendrá su puesta en marcha? Te lo contamos en esta nota.
¿Qué es la reversión del Gasoducto Norte?
Se trata de un proyectó que busca sustituir el gas importado desde Bolivia con gas proveniente de la formación de Vaca Muerta, en Neuquén, para abastecer a hogares e industrias de las localidades de Córdoba, Salta, Jujuy, Santiago del Estero, Catamarca, La Rioja y Tucumán.
“La región del noroeste argentino y parte del centro se abastecía con gas de los propios yacimientos del noroeste, que hoy están prácticamente agotados, y con gas que importa de Bolivia, cuyos yacimientos también se están agotando, por lo que Argentina tiene la posibilidad de enviar gas desde el sur desde Vaca Muerta, donde tiene muchos recursos, a estas 2 zonas del país”, explicó a Chequeado Gerardo Rabinovich, vicepresidente del Instituto Argentino de la Energía “General Mosconi”.
Como el gasoducto Norte (que es el que pasa por las zonas antes mencionadas) tenía una orientación desde el norte hacia el sur (porque transportaba gas desde Bolivia a la Argentina), la obra cambió el sentido del mismo. La reversión consistió en 3 grandes etapas, contempladas en el Decreto 230 del 2023.
La primera etapa del proyecto fue la construcción de un gasoducto de 122 kilómetros y 36 pulgadas desde la Planta Compresora “La Carlota”, que es parte del Gasoducto Centro Oeste (procedente desde Neuquén), hasta la Planta Compresora “Tío Pujio”, que es parte del Gasoducto Norte, que viene desde Salta. De esta forma, este nuevo gasoducto funcionará como puente entre los dos actuales.
La segunda etapa consistió en la construcción de cañería paralela o “loops” a la del Gasoducto Norte, específicamente entre las Plantas Compresoras “Tío Pujio” y “Ferreyra” por un total de 62 kilómetros.
Rabinovich, explicó que esta parte de la obra se debe a que el gasoducto actual, que corre de norte a sur, “se lo conoce coloquialmente como un gasoducto telescópico y se caracteriza por tener un diámetro más ancho al principio (o sea, en Salta) pero se va achicando en la medida que recorre el camino y va descargando el gas en las distintas ciudades. Por lo que se va angostando y cada vez transporta un menor volumen”. La construcción de la cañería paralela permitirá, de esta forma, que se pueda incrementar su capacidad de transporte.
La tercera etapa consiste en realizar adecuaciones en las plantas compresoras “La Carlota”, “Tío Pujio”, “Ferreyra”, “Dean Funes”, “Lavalle” y “Lumbreras”, para que puedan revertir el flujo y la inyección del gas a lo largo de los gasoductos. Se prevé que esta etapa culminará en 2025.
La obra fue realizada por la Unión Transitoria de Empresas (UTE), conformada por Techint y Sacde, luego de ganar la licitación de la reversión del Gasoducto Norte y es supervisada por la empresa estatal Energía Argentina Sociedad Anónima (ENARSA). Los fondos provienen casi en su totalidad gracias a un préstamo otorgado por la Corporación Andina de Fomento (CAF) por un total de U$S 540 millones. El Préstamo tiene un plazo de quince 15 años, incluyendo un periodo de gracia de cincuenta y cuatro 54 meses.
¿Qué impacto tiene la obra del Gasoducto Norte?
Para Alejandro Einstoss, titular del Observatorio de Tarifas y Subsidios IIEP de la Universidad de Buenos Aires y economista del Instituto Mosconi “la reversión del Gasoducto Norte junto con el gasoducto de Vaca Muerta, al que le falta el segundo tramo desde Salliqueló a San Jerónimo, representan las 2 obras que no solo permiten superar el cuello de botella en el transporte de gas, sino que posibilitan la puesta en producción y la baja de costos en todo el sistema”.
Para el especialista, esto es sumamente importante “para un país gas dependiente como Argentina, donde el 55% de su matriz energética se explica por el consumo de gas natural”. También destacó que esta obra “asegura el abastecimiento de las centrales térmicas de Cordoba, Tucuman y el Norte argentino que utilizan gas natural y no pueden sustituirlo por combustibles líquidos”.
Para Rabinovich “sin la reversión del Gasoducto Norte probablemente toda la región del noroeste y centro del país tendría serios problemas de abastecimiento de gas”. Sobre este punto, destacó que en dicha zona “además de una actividad industrial considerable y del abastecimiento residencial, hay un polo de generación eléctrica en Tucumán, en el Bracho, que es muy importante para Argentina y que demanda mucho gas. Son de alrededor de 2.500 megas y sin el abastecimiento de gas se estaría ante un déficit importante de generación”.
Y agregó: “En los picos de la demanda, va a ser muy necesario el abastecimiento teniendo en cuenta el déficit que pueda llegar a haber este verano”.
Por otra parte, de acuerdo al último informe Tendencias Energéticas del Instituto Argentino de la Energía (IAE) “General Mosconi”, el precio promedio del Gas Natural proveniente de Bolivia era en julio último de U$S 11,98, mientras que el proveniente de Argentina descendía a U$S 3,80; es decir, que también tendrá un impacto en las finanzas del estado.
Sobre este punto, Einstoss aseguró que “los usuarios residenciales se beneficiarán porque el costo promedio del gas y de generación eléctrica bajará y eso debería reflejarse en tarifas”. Y aseguró: “el Estado Nacional también se beneficiará ya que pagará menos subsidios y facilitará el ajuste de las cuentas públicas porque permite reducir el costo de abastecimiento. Además se mejora la seguridad de abastecimiento energético y mejora la competitividad de la economía”.
Para Rabinovich, “la baja del precio no necesariamente se verá reflejado en las tarifas, pero la diferencia permitirá bajar los costos de importación y las necesidades de divisas”. Por otra parte, también aseguró que “otros beneficiarios serían la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMEA) por parte del gas que compra para generación eléctrica en el Bracho y los grandes clientes industriales que tienen contrato directo con los productores de gas y no dependen de una distribuidora”.
Fuente: Chequeado