Gasto público: Las provincias tienen superávit fiscal pero no ayudan a bajar la pobreza. En un año de crisis sanitaria y caída histórica de la actividad económica, las transferencias desde el gobierno nacional -coparticipación y giros discrecionales- permitieron a la mayoría de las provincias tener superávit fiscal al tercer trimestre de 2020, último dato disponible. Salta está entre las diez provincias con mayor déficit financiero como porcentaje de sus ingresos totales.

En el caso de Buenos Aires -con números al primer semestre-, la asistencia de la Casa Rosada le permitió duplicar el superávit respecto del mismo período de 2019. Hay distritos chicos, con menores grados de desarrollo humano, que muestran una importante capacidad de ahorro que no vuelcan a mejorar las condiciones de producción para que el sector privado gane envergadura y el Estado no sea el motor de la vida económica.

En base a datos de la entidad Politikon Chaco, Santiago del Estero registra la mayor holgadez fiscal: su resultado financiero ($18.054 millones) equivale al 24,8% de sus ingresos totales. Con números del Indec del primer semestre del año pasado, la pobreza en Santiago del Estero-La Banda alcanzó al 42,9%, una de las más altas del país.

Formosa, con 42,4% de pobreza, tiene un superávit financiero de $3451 millones (5,1% de sus ingresos); con 41,5% de la población que no cubre la canasta básica, Tucumán muestra un superávit de $4292,9 millones (4% de sus ingresos) y La Rioja -29,8% de pobreza- marca un superávit financiero de $1947 millones (5% de los ingresos).

Entre las grandes jurisdicciones, todas tienen superávit: el del distrito gobernado por Axel Kiciloff es más holgado que el de la Ciudad de Buenos Aires (CABA): 2.8% de los ingresos ($17.406 millones), frente al 1,8% ($5715 millones).

Para Alejandro Pegoraro, titular de Politikon Chaco, en ese resultado incide lo que Buenos Aires se «ahorró» por entrar en default por la falta de pago de once títulos públicos.

Los mayores déficits financieros como porcentaje de sus ingresos totales los tienen Chubut (20,1%), San Luis (17,3%) y Neuquén (8%). Atrás se ubican Jujuy (-5,8%), Río Negro (-2,9%), Catamarca (-1,8%), Corrientes (-1,4%), Salta (-0,9%), Santa Cruz (-0,6%) y Misiones (-0,2%).

El economista Guillermo Giussi, de la consultora Aerarium, apunta que tener superávit en relación con los ingresos y una alta pobreza revela «ineficiencia» en la gestión de gobierno: «Los Estados no tienen el objetivo de ahorrar sino el de generar inversión y desarrollo. Tener un fondo anticíclico es importante, pero si estás ahorrando siempre significa dos cosas: o que no se invierte para generar desarrollo, trabajo y producción o que la presión tributaria está por encima de lo necesario».

Sostiene que la lógica de provincia pobre/Tesoro rico se da por una cuestión de autonomía política. «Las que tienen mayor nivel de atraso en términos de desarrollo privilegian esta independencia política en lugar de tratar de mejorar el nivel de vida de sus habitantes», sintetiza.
Empleados y subsidios

El peso del gasto público a nivel provincial pasó del 12,1% del PBI al 15,9% en los últimos 20 años.

Un informe de los economistas Marcelo Capello, Jonás Alvarado y Francisco Santinelli, del Ieral, indica que es evidente que uno de los mayores desafíos a futuro, para lograr sustentabilidad fiscal, es reducir ese peso. El mayor incremento en ese período fue en Transferencias corrientes al sector privado (+2,6 puntos porcentuales), especialmente entre 2015 y 2019, cuando los gobernadores debieron hacerse cargo de algunos subsidios en materia de transporte y energía que antes estaban a cargo de la Nación.

El año pasado la Casa Rosada aumentó su participación en ese rubro. La partida de Personal (+1,6 puntos porcentuales) registró el segundo aumento en importancia, especialmente entre 2000 y 2015, ya que después hubo una baja como consecuencia del Consenso Fiscal entre Nación y provincias.

En los últimos dos años un fuerte ajuste del gasto de los gobernadores vino por el lado de los salarios: el consolidado de 2020 marca un alza de 22%, 14 puntos porcentuales por debajo de la inflación. Según una presentación de Aerarium, la mayor paritaria efectiva -incluyendo cláusula gatillo y sumas fijas- la tuvo San Luis, con un aumento salarial de 40%. Junto con Santiago del Estero (38,7%), son las únicas que le ganaron a la inflación anual (de 36,1%).

Según el Ieral, Chubut es el distrito que más porcentaje de sus ingresos corrientes destinó al gasto en personal en el primer semestre del año pasado: 84,5%. En el otro extremo está Santiago del Estero, con 31%. El consolidado de todas las jurisdicciones es de 53,4%.

El alto gasto en personal se explica o por el nivel salarial o por el volumen del plantel. En Tierra del Fuego hay 121 agentes públicos cada 1000 habitantes y en el otro extremo está Córdoba, con 35. En el consolidado de provincias, la relación es de 51 empleados cada 1000 habitantes. Entre 2000 y 2017, mientras la cantidad de personal del consolidado provincial subió un 65%, la población lo hizo en un 20%.

Con datos de ejecución presupuestaria al primer semestre de 2020, hay una caída real del 44% en la inversión pública, lo que llevó a un mínimo del 6,5% el ratio de gasto primario destinado a erogaciones de capital, también representando una problemática a futuro, a partir del impacto de la obra pública en términos de retorno social de la inversión, según indica Aerarium.

Pese a la ausencia de nuevo endeudamiento y a la cancelación de capital en moneda extranjera durante el período (unos US$1400 millones), el stock de deuda aumentó su peso dentro de los ingresos corrientes, explicado en mayor medida por la revaluación en pesos de los pasivos en dólares (bonos más préstamos de organismos internacionales).

Fuente: La Nación