Así lo estimó en El Acople el administrador del Fondo Especial del Tabaco, José Vilariño, al repasar los números de 2019, cuando se distribuyeron 3.400 millones de pesos. En lo que va de 2020, se enviaron a Salta 2200 millones, pese al cierre de las cigarreras por cincuenta días. Vilariño estima que el año cerrará con un valor cercano a los “4000 o 4000 y pico de millones de pesos”. Habló sobre el crecimiento de las pymes tabacaleras y el desplazamiento de Massalin y Nobleza en el monopolio del mercado.
“Esto es fundamental, porque es lo que se espera y a veces comprendo el interés, en el caso de Esteban Amat como dirigente gremial, no como presidente de la Cámara de Diputados de Salta, porque yo creo que por ahí se hace eco de los pequeños productores para los que el Fondo Especial del Tabaco es la vida; no así para un productor pequeño o mediano, que es dueño de la tierra, tiene las maquinarias y la capacidad de financiamiento”, precisó el funcionario.
El coeficiente a distribuir se obtiene según el nivel de acopio y la producción de la provincia. El Fondo Especial incluye a siete, pero las principales son Salta, Jujuy y Misiones. Las dos primeras son las más importantes, con el 35 por ciento y Misiones, queda tercera con el 25 por ciento, explicó Vilariño.
Y precisó que cada provincia fija sus políticas. Por ejemplo, Salta estableció la de darle mensualmente un valor, según el precio, la consideración por kilo y las hectáreas productivas. “Jujuy opta por dar dos grandes montos, en las etapas que son cruciales para el proceso de cosecha”, graficó.
“Es una ley especial, que se hizo justamente para sustentar la actividad tabacalera como complemento del precio” recordó Vilariño, quien la calificó como “una vieja demanda y lucha”, porque a la Ley de 1969, le quitó vigencia el exministro Domingo Cavallo. Fue restablecida en 2008 por la expresidenta Cristina Kirchner, “para darle seguridad jurídica y viabilidad, porque si no, todos los años íbamos al Congreso de la Nación con el Jesús en la boca, por si sacaban o no los fondos”, dijo Vilariño.
La Ley establece un impuesto sobre los cigarrillos. Es que de un paquete de cigarrillos, del 70% al 75%, del precio, está compuesto por impuestos de distinta índole. Y entre el 7 y el 9, según el impuesto interno, va directamente a constituir el Fondo Especial del Tabaco y se destina a las siete provincias que son productoras en la República Argentina. Un 80% va directamente al productor y el otro 20% se destina a planes complementarios. También se evalúa la diversidad, el mejoramiento de la infraestructura productiva e infraestructura social, de los componentes del sistema tabacalero.
¿Quién recibe la plata?
Los agentes de retención y percepción son las fábricas de cigarrillos en Buenos Aires. Envían los fondos a la AFIP, que lo manda directamente a una cuenta especial. “Es la que nosotros administramos como responsables y cada provincia eleva su plan de trabajo, a través de programas operativos que se hace con representantes del Estado provincial, de las cámaras de productores y en Salta, se suma la Cooperativa, que es la entidad gremial y la que los nuclea para la comercialización, fundamentalmente”, precisó.
Según el funcionario nacional, “nosotros somos solo un instrumento para evaluar los planes de los productores”, que son quienes deciden. Después de aprobados los expedientes, se giran los fondos a la Provincia, que los distribuye. A la auditoría de los fondos las hace el FET.
Cigarrillos ilegales: ¿Incide en la recaudación para conformar el fondo?
El administrador del Fondo Especial del Tabaco, José Vilariño admitió que la venta de cigarrillos ilegales incide en la caída de la recaudación, pero diferenció esos cigarrillos de los producidos por cooperativas, que son más baratos. “Incide, pes la discusión que tienen ahora con los amparos judiciales, pero yo tengo una mirada más general: cuando esta ley se implementó, no hay dudas de que los monopolios eran Massalin y Nobleza, con el 97 por ciento del mercado”. Doce años después, el mercado ha cambiado y hoy Massalin está en el 55 por ciento y la que era segunda, Nobleza Picardo, pasó a ser tercera. Las pymes emergentes en ese tiempo tienen casi el 20 por ciento del mercado, porque evaluaron que hay un sector de la población, popular, que, por su nivel adquisitivo no adquieren las marcas líderes.
En Argentina se calcula que hay más de 9 millones de fumadores críticos y que por su capacidad adquisitiva, encuentran en las marcas pymes precio y relación con la calidad, lo que las hace un componente muy importante, finalizó Vilariño