Luego de la derrota electoral del año pasado, el Frente de Todos se quedó sin quórum propio en el Senado de la Nación. Sin embargo, Cristina Fernández de Kirchner, busca quedarse con las comisiones más importantes de la Cámara Alta y así contener a los senadores oficialistas que no están conformes. En este contexto, Sergio Leavy, el senador nacional por Salta, se quedaría con la presidencia de la Comisión de Justicia.
Según consignó El Clarín, n medio de las pujas dentro del oficialismo y la imprevista renuncia de su hijo a la presidencia del bloque K de Diputados, Cristina Kirchner se enfoca otra vez en el Senado, paradójicamente una cámara esencial para Alberto Fernández: es la única en la que el oficialismo tiene el número para validarle los DNU que firme, es decir de darle cobertura legal a futuro sobre sus actos de gestión.
Todo indicaba que tras la derrota electoral del año pasado, a la vice presidenta le iba a resultar complicado retener el control de la Cámara alta. Pues ahora parece que no, que Cristina Kirchner está a un tris de asegurarse el manejo de todas las comisiones clave de la Cámara alta, según adelantan en la bancada del Frente de Todos y observan en Juntos por el Cambio.
Ese escenario es aun más llamativo si se tiene en cuenta que, tras la caída en los comicios, el oficialismo perdió el quórum propio y redujo su bancada de 41 a 35 integrantes. Y que JxC subió de 29 a 33 senadores.
Con la ayuda de los aliados de dos partidos provinciales -el rionegrino Alberto Weretilneck y la misionera Magdalena Solari Quintana-, Cristina Kirchner pudo asegurarse a fines del año pasado el control de la estratégica comisión de Presupuesto. La intención del oficialismo es ahora repetir ese esquema.
El año pasado se conformó Presupuesto con 9 senadores del Frente de Todos, 7 de JxC y el rionegrino Weretilneck. La oposición pataleó por la proporción: alegaron que por cómo quedaron compuestos los bloques tras la última elección el oficialismo debería tener 8 y no 9 integrantes, mientras que JxC también debería tener 8, en lugar de 7.
Pero debido a la ayuda de los aliados Quintana y Weretilneck, el oficialismo está en condiciones de imponer su criterio. «El que tiene la mayoría, manda», repiten en el bloque oficialista.
En JxC admiten que el FdT está en condiciones de aplicar su lógica para la distribución de las comisiones. “No aceptan que perdieron y que no tienen los votos, pero igual es cierto que pueden construir una mayoría”, dice un referente opositor.
Dato extra. En la bancada del FdT que conduce el formoseño José Mayans advierten que si no hay acuerdo con la oposición, el oficialismo y sus aliados pueden directamente quedarse con todas las presidencias de las comisiones, no solo las clave.
Nombres en danza
Según un borrador que trascendió desde el Frente de Todos, la idea es que el rionegrino conserve la presidencia de la comisión de Agricultura, Ganadería y Pesca.
La misionera Quintana se quedaría con la presidencia de la comisión de Legislación General, que hasta el año pasado estuvo en manos de la camporista Ana Claudia Almirón y no logró renovar su banca.
A Asuntos Constitucionales iría el jujeño Guillermo Snopek, justamente uno de los senadores disidentes que amenazaba con romper el bloque. Se dice que la oferta a Snopek ya se hizo el año pasado.
En ese caso, La Cámpora perdería el control de otra comisión clave: hasta el año pasado Asuntos Constitucionales estuvo presidida por María de los Ángeles Sacnun, muy cercana a Cristina y que tampoco fue reelecta.
Al entrerriano Edgardo Kueider, otros de los senadores que amenazaba con romper la bancada del FdT en el Senado, le tendrían reservada la bicameral de la Comunicación Audiovisual.
Para el salteño Sergio “Oso” Leavy, el tercer senador que más mostraba su incomodidad puertas adentro del bloque, quedaría la comisión de Defensa Nacional. Leavy había quedado el año pasado furioso con el armado electoral que impuso el cristinista Oscar Parrilli en Salta y que habría sido funcional al gobernador Gustavo Sáenz, rival político del senador.
Entre las comisiones clave, la camporista Anabel Fernández Sagasti seguiría con la presidencia de Acuerdos, Parrilli con la de Justicia y Adolfo Rodríguez Saá en Relaciones Exteriores. Salud la intención es que quede en manos del tucumano Pablo Yedlin. Y la de Medios de Comunicación sería presidida por el santafesino Marcelo Lewandowski.
Alguna presidencia de comisión quedaría reservada también para la cristinista Juliana Di Tullio. Una bicameral importante que está vacante es la Revisora de Cuentas, encargada de controlar la ejecución del Presupuesto por parte de los Gobiernos. Esa bicameral es clave: rechazó, por ejemplo, la cuenta de inversión -los gastos e ingresos- del primer año del gobierno de Mauricio Macri.
Desde que arrancó la gestión de Alberto Fernández, solo el Senado validó sus DNU. El oficialismo en Diputados no tiene número para aprobarle ni uno.
Para evitarse eventuales tormentas judiciales en el futuro, el Presidente necesita que sus decretos, sobre todo los referidos a cuestiones presupuestarias, sean aprobados por una de las dos cámaras del Congreso. Cristina es la que tiene esa llave.