Compartimos la columna de la periodista Natalia Nieto emitida en el programa Compartiendo su Mañana por Aries FM.
Que la matriz energética no ha sido lo suficientemente explorada y menos aún, explotada, no es novedad.
Ninguno de los últimos gobiernos otorgó la magnitud que requiere a la problemática y la historia se repite. Y si al ciclo le agregamos la variante bélica, la cosa empeora. Volvemos a hablar de falta de gasoil, importación de gas y tarifas que afectan siempre, a los eslabones más débiles de la cadena. Hoy podemos dejar ese análisis con tinte de Déjà vu y ocuparnos de cómo lograr viajar y tomar distancia, por menos plata.
Es sabido que la nueva y cíclica crisis energética que se anuncia, afectará directamente la planificación en la producción y la industria, porque tal como lo advirtió anoche en El Acople la presidenta de la Unión Industrial de Salta, Paula Bibini, podría haber turnos reducidos de trabajo y con ello, bajar el volumen de producción y productos a entregar. Después de advertir sobre posibles demoras en la entrega de productos terminados al mercado interno o de exportación, Bibini insistió con la afectación directa a la producción y la industria. Por supuesto, la exministra provincial de la Producción y actual integrante de la Mesa chica de la Unión Industrial Argentina (donde, vale la pena mencionarlo, Bibini es una de las tres mujeres, de un total de 26 integrantes del Comité Ejecutivo), aprovechó para señalar que la cuenca del noroeste está hace retraída hace 15 años y que no hubo una decisión de los diferentes gobiernos nacionales de acompañar una política de producción industrial para tener un mercado de comercialización. Al mismo tiempo, sostuvo que “Salta se podría haber anticipado a la crisis energética con la cuenca del noroeste” y de paso, aportó que la atención debe estar puesta en las distintas posibilidades que tiene Salta de generar energía, a través del gas y el petróleo y no concentrar todas las políticas públicas en la explotación del litio.
Pero como la industria es muy vasta y la que no tiene chimenea es la que mayores satisfacciones nos trae, aprovecharemos para compartir las claves del Previaje 3, que será diferente a las ediciones anteriores. Se sabe que se podrá utilizar entre agosto y diciembre de 2022, con la idea de romper la estacionalidad y mantener buenos niveles de actividad turística todo el año.
Este programa, creado por el Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación, devuelve el 50% de lo gastado en turismo en forma de crédito. Tanto funcionó, que a través del Previaje 1 y 2, cuatro millones y medio de personas se movilizaron por el país. El Previaje 2 es el que impulsó los viajes de verano y permitió la “temporada histórica” de la que todos hablaron. Incluso, más de 750 mil personas estarán viajando durante abril por el programa y se dará un pico importante en vacaciones de invierno.
¿Cuál es entonces, la idea con el Previaje 3? Que la actividad que, por lo menos, hasta el invierno será excelente, se mantenga en esa línea. Esta vez el crédito podrá utilizarse durante las temporadas baja y media-baja, entre agosto y diciembre de este año. Falta definir si será diciembre completo o no, porque la primera quincena se considera temporada baja y la segunda, alta.
Y esta vez, el programa incluye todos los destinos del país. Lo mejor de todo es que si le sumamos ciencia y salud, confirmamos que cualquiera de los parajes o ciudades hermosas de Salta y el país, están categorizados a nivel mundial como entre los más confiables desde el punto de vista sanitario. Turismo rural y mucha actividad al aire libre, son de las opciones que pueden encontrarse aquí. Y todo ello sucede en una dinámica de cambios de las prácticas que ya habíamos adoptado: por ejemplo, mantener la distancia social de dos metros entre personas. Argentina está en el nivel 4 y con circulación comunitaria del virus, según la calificación de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. -CDC, por sus siglas en inglés-, que analizan los destinos de acuerdo al riesgo para viajar. Pero como bien sostienen los expertos médicos a esta altura de las cosas, los índices de transmisión son «un punto de referencia» para el cálculo del riesgo personal de los viajeros.
Algo así como entrar en una fase de la pandemia en la que las personas deben tomar sus propias decisiones en función de sus circunstancias médicas y de su tolerancia al riesgo de contraer covid-19.
Así las cosas, y con tremendo agobio en este abril que ya parece octubre, seguramente muchas familias, parejas, grupos o personas solas podrán elegir un destino que después de julio, sirva para tomar distancia, descansar, conocer o hacer lo que les guste y de paso, recuperar el 50% en créditos. Eso sí: esperemos que haya gas suficiente para mantener al turismo activo y no sea otra de las industrias boicoteadas por la improvisación.