Lo reveló en El Acople el coordinador de Enlace y Relaciones Políticas del Gobierno provincial, Pablo Outes y precisó que del 73 al 78% se destina a salarios de estatales y solo del 3 al 4% en obra básica. Lo hizo al analizar cómo reducir el gasto público, aunque descartó que vaya a haber despidos de personal y sí hay muchos trabajadores en condiciones de jubilarse.

Outes describió la situación de la provincia como “bastante frágil” y aseguró que las expectativas pospandemia son las de llegar “a un marco de liberación de actividades en lo máximo que se pueda”; siempre resguardando el eje sanitario y teniendo en cuenta “la variable económica que es acuciante y que exige y preocupa”.

“Vemos de llevar un tratamiento cercano y equilibrado y que los números no se escapen. El gran temor fue un contagio comunitario que desbordara la situación sanitaria. El Gobernador, la ministra de Salud y el COE llevan bien la situación. Debe haber un mayor compromiso social y las cosas van a andar bien”, sostuvo.

Además, afirmó que la realidad de la provincia, con altas tasas de desempleo, salarios bajos, pocas empresas y mucho trabajo informal, lleva a seguir la problemática en una forma muy particular y remarcó que “no es lo mismo afrontar la pandemia en la ciudad de Buenos Aires o en países desarrollados” que en Salta.

“La única forma de compensar es con restricción del gasto. Los números de recaudación provincial cayeron cerca del 38% en los últimos meses. La coparticipación nacional estuvo cerca de un 45%. Tenemos vencimientos en dólares por deuda que se nos trasladó del gobierno anterior, de cerca de 700 millones de dólares, diferidos en el tiempo. Tenemos vencimiento este año y en los próximos tres”, precisó Outes en El Acople.

En este sentido, dijo que “tenemos un nivel de emisión monetaria muy alto” y que por la inflación, de los $70 mil millones podemos llegar a los $90 mil millones de deuda.

“No llegamos para llorar, pero Salta tiene ingresos que cayeron, una deuda que se mantiene a valores del dólar y una recaudación que baja. Tenemos un gasto fijo que es altísimo, que es el gasto en personal. Entre el 73 y el 78% se va en sueldos y eso no se puede ajustar. Debe existir crecimiento en el sector privado  y eso se va a empezar a reflejar en el tiempo, pero ahora es complejo”.

Al respecto, insistió en que “se debe restringir el gasto a cuestiones que nos interesan, como el desarrollo” y agregó que la estructura pública “es imprescindible”: rutas, energía, hospitales y escuelas.

“Son las bases sobre las que se cimenta las provincia. En 2019, la obra pública ya era bajísima, porque no llegaba al 4 o 5% del presupuesto. Teníamos expectativas de hacerla crecer en forma paulatina hasta valores razonables, del 30%. Todo se demora en poco y es razonable la retracción del gasto para tener una población pacificada. Se invirtió en salud, en deuda y la pandemia retrasó los movimientos”, justificó el funcionario.