Compartimos la columna de la periodista Natalia Nieto emitida los miércoles en el programa Compartiendo su Mañana por Aries FM.

El subibaja informativo diario nos lleva a dejar de lado algunos temas de fondo y sobre los cuales se sigue debatiendo en partidos y espacios políticos, pero que al final no son de la mayor preocupación de la sociedad.

La misma sociedad que debería ser la más interesada en la reforma parcial de la Constitución de la Provincia, porque se supone que la convocatoria responde no solo a un caballito de batalla de campaña, sino a una aspiración de mejorar las reglas de juego de la democracia.

En El Acople venimos tratando el tema con distintos especialistas y dirigentes y la mayoría de los consultados coincide en la pérdida de oportunidad del Gobierno de Gustavo Sáenz para incluir en el proyecto de Reforma de la Constitución, temas fundamentales de debates vigentes, como lo es la inclusión de la perspectiva de género.

Ya advirtió Luciana Módica, politóloga y asistente en el Observatorio de Reformar Políticas de América Latina sobre la escasez de mujeres en la política de Salta y opinó que “hay mucho que trabajar en materia de paridad de género todavía” y el problema de representatividad vigente en Salta. También criticó que aunque existe en Salta una ley que establece la alternancia de género en el armado de las listas, “solo tiene alcance en espacios de disputa plurinominal. En cambio, en los espacios de disputa uninominal, como es el caso de los senadores, donde se elige un representante por departamento, se replica la misma dinámica que en la categoría de intendentes o de gobernador, es decir, no hay espacios para armado de listas” que encabecen las mujeres.

En consecuencia, la Ley de Paridad, solo tendría ámbito de discusión para las candidaturas de la Cámara de Diputados y los concejos deliberantes, pero aclaró Módica que a pesar de ello, los partidos políticos priorizan que encabece un varón en la lista y, por lo tanto, la mujer entra a partir del resultado electoral y obtiene los votos que la ubican en segundo puesto. Hoy, por caso, Salta tiene solo un 32% de mujeres en la Cámara de Diputados. Hay una sola senadora provincial y una sola ministra, la de Desarrollo Social. También, por supuesto en Capital, está la intendenta Bettina Romero, la primera de la ciudad, y otras tres intendentas del interior. Cuatro en 60 municipios de la provincia.

Módica también cree que el oficialismo ha perdido una gran oportunidad, la de incluir el principio de la paridad como el principio constitucional. Claro, la agenda de la reforma ya está cerrada y limitada a los artículos que la ley define.

Un repaso breve por distintas constituciones del mundo, y empezando por la Constitución de Argentina, precisa que la nuestra establece en su Art. 37º: La igualdad real de oportunidades entre varones y mujeres para el acceso a cargos electivos y partidarios se garantizará por acciones positivas en la regulación de los partidos políticos y en el régimen electoral. Pero también se modificaron con perspectiva de género la Constitución de Bolivia, la de Ecuador, -que suma Lenguaje inclusivo-, la Constitución de Irlanda, la de Bélgica, la de Francia, la de Alemania y Grecia y la de Portugal y Bután.

¿Por qué incluir la Perspectiva de género en la Constitución sería necesario? Porque el enfoque de género debe dejar de ser solo una herramienta de análisis y pasar a ser un principio transversal que oriente y estructure el nuevo acuerdo político al que se debe llegar con el debate constitucional.

Porque establecerlo en la Constitución, implica sostener principios que llamen a todas las instituciones ⎯el poder ejecutivo, legislativo, judicial, los autónomos⎯, y también a la sociedad, a trabajar por alcanzar la realización concreta de los principios de igualdad sustantiva, no discriminación y erradicación de la violencia. Ello permitirá que el Estado oriente su acción y aplique sus normas en esta dirección.

Entonces,  el texto constitucional dejaría de ser una mera declaración abstracta para encarnar un llamado a la acción, a avances tangibles, prolongando la fuerza del momento constituyente y obligando al Estado a actuar conforme a ella. El texto constitucional nace en un contexto de realidad histórica determinado pero quiere, por esta vía, caminar hacia una realidad distinta. La Constitución es un texto vivo que no solo enuncia principios, sino que guía la acción de los poderes públicos, incluso para que las y los parlamentarios puedan innovar al momento de legislar.

Una Constitución reformada, debería incorporar un mandato constitucional que establezca el deber de propiciar las condiciones de ciudadanía plena, activa y real de todas las personas, impulsando una noción de igualdad sustantiva y de derechos; un mandato constitucional de no discriminación contra la mujer; un mandato constitucional transversal de erradicación de toda forma de violencia, en especial, contra las mujeres; un mandato orientado a prevenir la violencia, investigarla y sancionarla, cuando esta se produzca, y reparar a las víctimas.

Incorporar una perspectiva de género a los derechos sociales, podría reivindicar la educación, a través de la formación de futuras y futuros ciudadanos; la salud y hasta la valoración del trabajo no remunerado. También contemplar ese enfoque para el ejercicio de todas las atribuciones públicas, permitiría mejorar la elaboración de leyes, los procesos y juicios ante tribunales y el desenvolvimiento de los servicios estatales, entre otros.

No creo que el Poder Ejecutivo Provincial y el oficialismo contemplen a esta altura de las cosas, la gran oportunidad que pierde y modifique su propuesta legislativa para la reforma parcial. Pero la necesidad de garantizar la igualdad de derechos a través de un mandato constitucional, es una discusión que debe estar sobre la mesa.