Así lo dijo en El Acople el periodista y presidente del Instituto Laico de Estudios Contemporáneos, Fernando Climent y recordó que cuando la Corte Suprema falló en contra de la educación religiosa de la escuela pública, “la iglesia salió a poner imágenes en todos los edificios públicos”. Advirtió sobre la presión de los curas en los pueblos y el síndrome de Estocolmo con políticos. “La iglesia aumentó y redobló la apuesta: sacaron la educación religiosa y pasó eso. Del colegio Arturo Illia tenemos graves denuncias. De la Escuela Normal tenemos gravísimas denuncias porque las autoridades hacen rezar a los alumnos todos los días en el ingreso”, advirtió Climent.

Además, el presidente del Instituto Laico de Estudios Contemporáneos, cuyo proyecto para remover los símbolos católicos en los edificios públicos tomó estado parlamentario, sostuvo en El Acople que existe “una gran presión política” en relación al debate y reveló que “muchos diputados dijeron que el curita del pueblo lo condenaría el domingo”.

“Hay diputados que me dijeron que estoy loco. Incluso candidatos a gobernador dijeron que si llegan a mostrarse a favor de la separación de la Iglesia del Estado y pierden la elección”, afirmó Climent y comparó la situación con sufrir “el síndrome de Estocolmo”, porque varios se enamoran de su captor, “sin ánimo de ofender a la institución en la que creen muchos”.

Por último, lamentó que la situación se repita “desde hace dos mil años” y manifestó su deseo de que “ningún culto maneje a quien no lo desea”.

“No quiero nada. Hay que gobernar para todos. Ser ateo es una creencia, no una maldición y en Salta hay 44 modos de ver, creer y sentir la fe”, finalizó Climent.